La reacción química que se produjo el lunes por la tarde en la instalación de Orache Desinfección de Sabiñánigo generando una gran nube tóxica se generó durante la mezcla de un nuevo perfume con el cloro. El Departamento de Industria del Gobierno aragonés ha iniciado una investigación para determinar las causas del accidente que obligó a confinar durante dos horas a los vecinos por seguridad y tras activarse el protocolo de riesgo químico. Tres empleados tuvieron que se trasladados al hospital por problemas respiratorios.

Después del susto del lunes, ayer reinó la calma en Sabiñánigo, confinado como consecuencia del coronavirus. Según explicó a este periódico el director de la empresa, Sergio Mayenco, el problema se originó en la máquina en la que se había iniciado el proceso de mezcla de un nuevo perfume con cloro. Era la primera vez que lo hacían a escala industrial después de haber testado el proceso en el laboratorio. «Es igual que los demás pero con otra fragancia», aseguró. A la espera de hablar con el proveedor, ayer estuvieron analizando el suceso con la Guardia Civil científica para tratar de esclarecer por qué se produjo la reacción química y si el problema es de la fragancia.

Aseguró que las instalaciones se encuentran en perfecto estado y que solo la mezcladora afectada sufrió un recalentamiento, aunque la empresa permanecerá cerrada hasta que se esclarezcan los hechos. Mayenco negó que se produjera una explosión o nu incendio y explicó que la máquina se tapó con tierra para dejar sin oxígeno al producto para que dejase de combustionar. «El humo es muy escandoloso porque es muy denso y por eso se generó tanta alarma, pero actuamos con rapidez», explicó. A los siete minutos de saltar las alarmas acudieron los servicios y cubrieron los depósitos, de manera que en menos de dos horas se controló la nube, que se disipó por el polígono y los exteriores sin llegar al casco urbano.

La naturaleza jugó a su favor y el viento no propagó la nube mas allá del entorno radial cercano a la empresa. Orache, con unos 30 trabajadores, estaba funcionando a pleno rendimiento desde hacía dos meses al aumentar la demanda de pastillas de cloro como consecuencia de la pandemia.