Los casi 2.500 reclusos internados en las tres prisiones aragonesas (Daroca, Teruel y Zuera) recibirán en adelante asistencia sanitaria completa en sus respectivos centros penitenciarios. Así lo acordaron ayer, mediante la firma de un protocolo de intenciones, la directora general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, y la responsable de la Consejería de Salud del Gobierno de Aragón, Luisa María Noeno.

El protocolo es un paso previo a la firma de un convenio que entrará en vigor en enero del 2005 y servirá para medir la futura repercusión presupuestaria de las transferencias en materia de atención sanitaria en los centros penitenciarios.

En la práctica, el protocolo de intenciones supondrá que los reclusos enfermos reciban atención médica en sus respectivas prisiones. Con esta medida, calificada de "pionera" en el conjunto de España por María Luisa Noeno, se pretende mejorar la calidad de vida de los internos evitando que realicen continuas salidas de sus prisiones para ser atendidos en centros sanitarios dependientes de la Diputación General de Aragón.

"Anualmente, se realizan 3.650 salidas de las cárceles para recibir asistencia sanitaria", afirmó Mercedes Gallizo, que estuvo presente en la firma del protocolo en representación del Ministerio del Interior. "De esta forma vamos a conseguir dos objetivos: optimizar los recursos y humanizar la vida de la población reclusa".

De la atención sanitaria in situ se derivarán otras ventajas, como una reducción de los servicios que realizan los cuerpos y fuerzas de seguridad y una menor afección a la vida cotidiana de los hospitales de la red autonómica, "dado que el ingreso de presos siempre acarrea unas grandes medidas de seguridad", en palabras de Gallizo.

El protocolo de intenciones consta de diez programas referidos a aspectos como la salud bucodental, la prevención de la salud, las enfermedades infecciosas y las dogrodependencias, según explicó Manuel García Encabo, responsable de Planificación.