Visto desde el país del Sol Naciente, Aragón es una tierra con inmensas posibilidades. La segunda economía más poderosa del mundo desea diversificar sus relaciones con España, hasta ahora muy centradas en Cataluña y Madrid, y entablar un contacto más estrecho con otras comunidades autónomas.

"Aragón tiene un potencial enorme, tanto en el campo de la industria como en el del turismo", en opinión del embajador japonés en España, Ken Shimanouchi, que ayer visitó Zaragoza e impartió una conferencia sobre las relaciones hispano-niponas en la Casa de las Culturas, bajo el patrocinio del Area de Acción Social del Ayuntamiento de Zaragoza y de Expo 2008.

"Aragón es una parte de España muy dinámica y, por eso mismo, mi país ve que es posible incrementar la cooperación económica en las dos direcciones", afirmó el representante diplomático.

Cataluña concentra 130 de las 200 empresas japonesas instaladas en España. Y la región catalana, junto con Madrid y Andalucía (principalmente Granada), atraen a gran parte de los 250.000 turistas nipones que anualmente visitan España.

"Ahora las cosas pueden cambiar", auguró Ken Shimanouchi. "El valle del Ebro es un buen emplazamiento industrial y el Pirineo aragonés y Zaragoza poseen muchos atractivos que los japoneses saben valorar. El Pilar es un monumento muy conocido".

Los incipientes contactos entre Japón y la comunidad aragonesa se pueden ver favorecidos por la mejora de la situación económica en el gigante asiático, que este año crecerá un 4,4%, según la OCDE, tras varios años de ligero retroceso y estancamiento.

Además, el fuerte interés de los japoneses hacia la cultura española ayudará a fomentar los intercambios en el terreno cultural. La Universidad de Zaragoza, que anualmente organiza unas jornadas culturales dedicadas a Japón, recibe cada curso un número creciente de los 10.000 estudiantes nipones que vienen a España a estudiar castellano. A los que hay que sumar los 400.000 que lo aprenden en su país.

Zaragoza no es una ciudad desconocida en la potencia del Pacífico. El propio embajador visitó la capital aragonesa hace treinta y dos años, según reveló ayer en la conferencia, que contó con la asistencia de la delegación en Zaragoza de la Cámara de Comercio Hispano-Japonesa. "En estas tres décadas --dijo Shimanouchi-- la ciudad ha cambiado muchísimo y ha mejorado notablemente".