El gerente del Instituto Aragonés del Agua (IAA), Alfredo Cajal, ha asegurado hoy que la renovación de las tuberías de conducción de agua y de alcantarillado en los municipios de la Comunidad, sin contar Zaragoza, exigiría un coste situado en torno a los 2.000 millones de euros.

Cajal ha hecho esta afirmación antes de tomar parte junto al consejero de Agricultura y Medio Ambiente, Modesto Lobón, en la inauguración de una jornada de trabajo en Huesca para informar a gestores municipales de propuestas de innovación para la mejora de los abastecimientos de agua potable.

En declaraciones a los medios, el gerente de IAA ha explicado que en los últimos 10 años su organismo ha dado subvenciones a los ayuntamientos para renovar tuberías de sus redes o mejorar las tomas de agua por un importe global de 250 millones de euros.

Ha admitido que a pesar de las obras realizadas, la situación de los municipios aragoneses en cuanto al estado de sus redes de suministro y alcantarillado es "muy compleja" dado que en muchas poblaciones no se han realizado labores de renovación ni de mantenimiento.

Alfredo Cajal ha revelado que el Instituto Aragonés del Agua tiene acumuladas actualmente peticiones de subvenciones para este tipo de obras por un importe global de 90 millones, una cifra, según ha señalado, "imposible" de asumir por el organismo.

El mantenimiento de estas redes, ha advertido, es "vital" para que no se produzcan situaciones como las que viven algunos municipios de la Comunidad, donde la ausencia de estos trabajo ha propiciado que estas conducciones se encuentren en unas "condiciones fatales".

Ha recordado que aunque todas las administraciones pueden participar en los trabajos de mantenimiento de estas redes, la responsabilidad de hacer revisiones paulatinas y periódicas corresponde a los ayuntamientos.

Sólo en la ciudad de Huesca, con 70 kilómetros de tuberías de suministro de agua y otros tantos de alcantarillado, la renovación de estas redes supondría un gasto en torno a los 40 millones de euros, ha resaltado.

Cajal se ha referido, por otra parte, al Plan Especial de Depuración de Aragón y ha explicado que se encuentra "prácticamente terminado" a la espera de la licitación de la depuradora de Utebo (Zaragoza) y de otras dos obras en sendas subzonas de la Zona 10 del plan.

Se ha mostrado convencido de que todos los trabajos previstos en este Plan Especial podrían darse por finalizados en un año y medio o dos.

Por otra parte, el responsable del IAA ha expresado su confianza en que en breves fechas se pueda reanudar el Plan Especial de Depuración del Pirineo, con más de 297 instalaciones previstas y licitadas pero en su mayor parte sin ejecutar debido a que los bancos, al ser sorprendidos por la crisis económica, decidieron no conceder créditos a las empresas adjudicatarias, ha comentado.

A este respecto, ha explicado que el Gobierno aragonés está en conversaciones con las entidades financieras y ha detectado un cambio de actitud respecto a la concesión de créditos a las adjudicatarias.

En términos globales, sin contar con el municipio de Zaragoza, que gestiona su propio plan de depuración, el Instituto Aragonés del Agua gestiona 188 depuradoras en la Comunidad que sanean el 84 por ciento de todas las aguas residuales generadas.

Según Cajal, cuando esté finalizado el Plan Especial de Depuración del Pirineo, las aguas residuales saneadas en Aragón constituirán el 93 por ciento del total.

El 7 por ciento restante corresponde a lo generado por cerca de mil pequeños núcleos de población sobre los que se actuará "de poco en poco", pero que, según ha afirmado, no causan problemas reseñables de contaminación.

A este respecto, ha destacado que "hay núcleos en el Ebro de apenas 80 habitantes, pero con la masa de agua que hay en el río difícilmente pueden contaminarlo con las aguas residuales que generan".