D esde el pasado lunes se está trabajando en las obras de acondicionamiento de la residencia de personas mayores de Movera, un edificio anticuado construido en 1977 que dejó de prestar servicio a comienzos de este año.

Los trabajos se van a desarrollar en los próximos meses en la planta sótano, la planta baja y cinco de las plantas, una remodelación que se ciñe al espacio que será utilizado en la nueva etapa de la residencia, que pasará a ser gestionada por una empresa privada y que reducirá la oferta a 85 plazas entre habitaciones individuales y dobles, una de las consecuencias más polémicas del cambio de modelo de gestión. Hasta su cierre, el centro atendía a 135 ancianos y el edificio, de trece plantas de altura, tenía capacidad en realidad para 250.

"Con esta reforma todas las instalaciones van a cumplir todas los requisitos que nosotros exigimos a cualquier empresa o entidad que está trabajando con la asistencia a personas mayores dependientes", declaró la la directora del IASS, Cristina Gavín. Las labores de reforma corren a cargo de la empresa adjudicatoria y deben adecuar las instalaciones a la actual normativa de evacuación y seguridad y a las necesidades de los usuarios dependientes.

Mientras, el IASS, como órgano gestor de numerosas residencias de Aragón, ha ido adjudicando los diferentes bienes que tenía la residencia de Movera a otros centros como los de Romareda, Utrillas, Calatayud y Javalambre, entre otras. "Llevamos 40 camas articuladas a la residencia de discapadidad que disponemos en el instituto El Camp. Tambien llevamos sillas, material de cocina y mesas para que todos los centros pudieran tener unas mejores instalaciones. Si hubiésemos tenido que comprarlo todo, habríamos tenido que gastar más de 400.000 euros", explicó Gavín.

"Estamos más pendientes de la complicada situación que están pasando las personas mayores que han sido trasladadas a la residencia de Utebo que de las obras en Movera", explicó ayer el presindente de la Asociación de Vecinos Dos Ríos de Movera, Ramón Royo. A su juicio, "lo importante ahora es el factor humano. Sabemos que el servicio público está sentenciado y que será privatizado. Sabemos lo de las 85 plazas en cinco plantas pero nadie nos dice nada sobre qué ocurrirá con las ocho restantes", declaró. Sobre las condiciones que viven los ancianos en el centro de Utebo, Royo consideró que la alimentación "ha mejorado solo un poquitín, pero el resto de cosas van a ir muy despacio".