Un brote de coronavirus detectado en la residencia municipal de mayores San Íñigo ha hecho saltar las alarmas en Calatayud debido a la elevada cifra que en una semana se ha alcanzado. De los 62 positivos, 44 de ellos pertenecen a residentes de la misma y los 18 restantes a trabajadores. De hecho, la situación ha derivado en que la zona sanitaria de la localidad bilbilitana se haya convertido en las últimas 24 horas en uno de los puntos más preocupantes de Aragón al ser donde se notificaron más positivos.

Según informó el alcalde de la localidad, José Manuel Aranda, todo comenzó el lunes cuando «se derivó un caso al hospital Ernest Lluch de Calatayud debido a que presentaba fiebre». Al día siguiente los resultados de la PCR fueron positivos por lo que a partir de ahí, y según las indicaciones de Salud Pública y la DGA, se realizaron pruebas a todos los trabajadores y los usuarios.

De los 64 casos notificados, 44 corresponden a residentes, un porcentaje muy alto de los 75 que viven en el centro público. Y otros 18 contagios se han dado entre los empleados, de los 42 que conforman la plantilla. Aunque, según matizó Aranda, todos los trabajadores y la mayor parte de los ancianos son asintomáticos, algo habitual en la estadística general de contagios. Sin embargo, estos días dos residentes más han sido trasladados al hospital por presentar síntomas y uno de ellos ha sido derivado al centro covid de Casetas.

MEDIDAS

El Departamento de Ciudadanía de la DGA estuvo ayer valorando la situación y trabajando junto con el centro en las labores de aplicación del plan de contingencia. Finalmente se tomó la decisión de realizar una sectorización de la residencia, es decir, el edificio albergará en una, de las tres plantas con las que cuenta, para residentes que den positivo. Las otras dos, por el momento, se usarán para los usuarios que no están contagiados. A pesar de esto, se van a trasladar a lo largo del día de hoy a diez positivos al centro intermedio de Casetas.

Este es el primer brote de covid-19 que aparece en esta residencia bilbilitana, que fue una de las primeras en cancelar las visitas en marzo y de impedir la salida a los residentes validos a mediados de julio cuando los datos volvieron a subir en la comunidad. Según informó Aranda, esta medida ha provocado incluso quejas de los familiares por pasar tantos meses sin poder ver a sus mayores. «Desde el ayuntamiento se han intentado hacer las cosas bien en todo momento y lamentablemente nos ha llegado pero hemos puesto todos los medios para evitar el trasiego de personas y los resultados estos meses han sido magníficos», explicó el alcalde, que se mostró «muy preocupado» por cómo afecta «a la población más vulnerable»

Desde el consistorio lamentaron que en las residencias «no se hacen PCR todos los días» como en otros ámbitos y que el brote había llegado sin poder hacer nada para evitarlo. Además, Aranda informó del cierre de un aula de la escuela infantil por un caso positivo en uno de sus alumnos.

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