La brecha en la riqueza por habitante entre las comunidades autónomas se ha reducido notablemente en las últimas décadas. Ha pasado de 95 puntos porcentuales en 1975 a ser tan sólo de 65 en el 2019, siendo fundamentalmente por el acercamiento a la media de las regiones más desfavorecidas en este punto. Aragón es uno de mejores ejemplos de la mayor convergencia territorial y del éxito en términos económicos que traído consigo el Estado de las Autonomías. En este periodo casi ha triplicado el producto interior bruto (PIB) y ha escalado hasta el quinto puesto de la tabla autonómica en cuanto a su distribución pér cápita, cuando hace cuatro décadas y media se encontraba en el puesto octavo y por debajo de la media nacional.

Estas son algunas de las conclusiones que recoge el estudio 45 años de evolución económica, social y empresarial de las comunidades autónomas en España (1975-2020), elaborado por el Consejo General de Economistas (CGE) y la Cámara de Comercio de España, que ha sido presentado esta semana.

El informe muestra que en el período analizado Aragón ha multiplicado por 2,5 su riqueza por habitante, pasando de 11.137 euros de 1975 a 27.745 en el 2019. Este crecimiento fue superior al experimentado por el conjunto de España, que pasó de 11.581 a 24.808 euros. Es decir, en estos 45 años, la comunidad ha pasado de tener un PIB per cápita por debajo de la media nacional o situarse en un nivel bastante por encima. El avance anual de la comunidad fue del 2,1%, un porcentaje que superó el promedio nacional, situado en un 1,75% al año.

Este ritmo de crecimiento ha sido el quinto más elevado de todas las autonomías, por detrás del experimentado por Extremadura, Galicia, Castilla y León y La Rioja. Solo esta última, sin embargo, ha logrado como Aragón el hito de mejorar su posición relativa y pasar de tener un nivel inferior a la media nacional y a situarse por encima en este indicador de crecimiento. En el extremo opuesto se encuentran Baleares, Canarias, Cantabria y Asturias, cuyos avances se sitúan por debajo del 1,5%.

El estudio refleja que el incremento medio anual del PIB fue del 2,39% en el conjunto del Estado español, al alcanzar en el 2019 (a precios constantes del 2010) los 1,1 billones de euros. La tasa de crecimiento de Aragón fue casi idéntica, el 2,37%, un alza con la que casi ha triplicado su riqueza, al pasar de los 13.086 millones de euros de 1975 a los 36.743 del 2019. En este caso, fueron Murcia, La Rioja y Canarias las que más incrementaron su riqueza en media anual, mientras que Asturias, el País Vasco y Cantabria anotaron el menor avance.

El 3% se mantiene

Pese a la paulatina convergencia en la riqueza autonómica, las regiones de la mitad norte tienen un PIB per cápita mayor que las situadas en la mitad sur. Claramente por encima de la media nacional se siguen situando, transcurridos estos 45 años, Madrid, País Vasco, Navarra y Cataluña, mientras que se mantienen a la cola Andalucía, Extremadura, Ceuta, Melilla y Castilla-La Mancha.

El peso que el PIB de cada territorio representa en el nacional es aún muy diferente. Madrid y Cataluña aportan cada una casi un 20% del PIB nacional, y sumando el 13,6% de Andalucía, suponen más de la mitad de la riqueza española (casi el 53%). La aportación de Aragón al conjunto del país se ha mantenido casi intacta, con un retroceso tan leve que solo se aprecia en el análisis de las centésimas y milésimas, al pasar del 3,159% al 3,144%, un 0,015% menos.

Financiación

Otras comunidades que han ido ganando peso son la Valenciana, Canarias y Murcia, mientras que el País Vasco y Asturias han sufrido la evolución contraria, perdiendo más de un punto porcentual por la pérdida de tejido industrial en el período.

El informe aborda también la financiación autonómica desde los años noventa y concluye que Aragón está entre las seis comunidades --junto con Asturias, Cantabria, La Rioja, Extremadura y Castilla y León-- que siempre han tenido más recursos por habitante en relación a la media nacional, mientras que en Murcia y Comunidad Valenciana ha ocurrido lo contrario. Madrid y Cataluña se han situado en torno a la media y en el resto la evolución ha ido variable en función de los años.