Robar una figura del belén que coloca el Ayuntamiento de Zaragoza en la plaza del Pilar de la capital está camino de convertirse en una tradición. Este año, durante la Nochebuena, varios jóvenes decidieron llevarse consigo el rey Baltasar.

No llegaron muy lejos, ya que una patrulla de la Policía Local les detuvo in fraganti cuando caminaban con esta figura, sobre las 08.00 horas, por el paseo Echegaray y Caballero, a la altura de La Lonja. Les dio igual el peso de la misma, pero su volumen y sus llamativos colores no les hizo pasar desapercibidos ante los agentes. Estos vándalos fueron arrestados y la figura entregada a los técnicos municipales de mantenimiento que hicieron un análisis previo de los daños.

Este personal estimó que podía volver a su lugar de colocación, a los pies de la basílica del Pilar, debido a que tenía unos simples arañazos y un golpe en una zona no visible. De este modo, el belén formado por un centenar de figuras de tamaño real volvió a abrirse al público.

No obstante, hoy será restaurado el rey Baltasar, según fuentes del consistorio, para evitar que las condiciones climáticas adversas de estos días afecten a la talla realizada con resina y poliéster, que mide 1,60 metros y pesa unos 18 kilos. Los jóvenes fueron puestos en libertad e imputados por una falta de hurto.

A pesar de que cuenta con un agente de vigilancia privada que hace guardia durante la noche, el pasado año los vándalos eligieron que era el rey Melchor el candidato para darle un paseo. En esta ocasión fue mucho más lejos, ya que apareció solo en la calle José Luis Borau del barrio del Actur. Una vecina llamó en aquella ocasión a la Policía porque la figura estaba en medio de la calle. Su majestad de Oriente fue hallado, no su cofre en el que supuestamente lleva oro.

Tampoco se ha vuelto a saber nada del niño Jesús que fue sustraído en el 2001. El ayuntamiento sí recuperó uno de los animales que componen la imagen tradicional del nacimiento. El responsable de esta sustracción fue interceptado cuando metía la mula en su furgoneta.

A lo largo de la historia de este belén se han repetido los robos de diferentes piezas, aunque de menor entidad que en la actualidad. Vándalos y amigos de lo ajeno eligieron, entre otros objetos, frutas, vasijas de latón o animales pequeños que decoran esta representación navideña que tiene una superficie de 1.500 metros cuadrados y que puede ser recorrida por el interior.