El Ministerio de Fomento ha abierto un periodo de información pública para la actualización del procedimiento de evaluación ambiental de la variante sur de Huesca, proyecto de conexión de las autovías A-23 (Mudéjar) y A-22 (Lérida-Pamplona) que acumula años de retrasos y que han sido ampliamente demandadas.

Según el departamento ministerial, la alternativa de itinerario elegida, de alrededor de 20,6 kilómetros, discurre entre el núcleo de Siétamo y la capital oscense, con una conexión directa con el aeropuerto Huesca-Pirineos.

La alternativa seleccionada cuenta con un presupuesto estimado de licitación de 93 millones de euros y ya dispone de una declaración de impacto ambiental favorable desde el 2008, que prescribió años después debido al retraso acumulado en las obras y que ha sido revisada para su aprobación definitiva.

El proyecto prevé la construcción de cuatro nuevos puentes y de un viaducto para atravesar ríos, barrancos y la línea ferroviaria Zaragoza-Canfranc, así como reposiciones de caminos y accesos.

Esta obra es una de las más reivindicadas en Huesca junto a la continuación de la A-22 en Siétamo hasta conectar con la A-23 a su paso por el término municipal de la capital oscense.

Tras años de retrasos, las obras preliminares del último tramo pendiente de la A-22 entre Huesca y Siétamo comenzaron el pasado mes de agosto.

NUEVO EJE VIARIO

La falta de este nuevo tramo ha convertido la transición entre la A-22 y la carretera N-240 en un cuello de botella que genera numerosos problemas de tráfico en fines de semana, vacaciones y puentes festivos.

El nuevo tramo viario, según Fomento, no solo permitirá descargar el tráfico de la N-240, sino que supone un «paso más» en la construcción de un «gran eje vertebrador» entre Pamplona, Jaca, Huesca y Lérida del que también forman parte las autovías A-21 y A-23.

Un eje, según estas fuentes, que favorecerá una reducción considerable de los tiempos de viaje entre estas ciudades así como un incremento de la seguridad y comodidad de los usuarios.

8 KILÓMETROS / El trazado del tramo proyectado, que atraviesa los términos de Siétamo, Loporzano, Quicena y Huesca, prevé la construcción de ocho kilómetros de autovía y el aprovechamiento de la N-240 a lo largo de la ronda existente en la actualidad en la capital oscense hasta la conexión con la A-23 (Zaragoza-Huesca).

De esta forma, el enlace entre las autovía Mudéjar y la que unirá Pamplona-Lérida por Jaca dará lugar a una circunvalación completa de la ciudad de Huesca, con dos variantes, una por el norte y otra por el sur.

La variante Norte medirá algo más de 12 kilómetros y en la actualidad se encuentra en fase de ejecución tras haber estado paralizada durante cinco años. Su coste aproximado es de 47 millones.

El proyecto comprende la construcción de dos viaductos, siete pasos superiores y otros tantos inferiores. En particular, el de mayor dificultad técnica es el que cruzará el río Flumen, de 100 metros de longitud.

Con esta actuación se pondrá fin a la peligrosidad que presenta en la actualidad el tramo entre Siétamo y el empalme con la A-23, que atraviesa una zona de curvas en el paraje conocido como Estrecho Quinto, a las afueras de la capital oscense.

Con todo, las obras en ambos casos se demorarán varios años, por lo que la unión de los grandes ejes viarios tardará todavía en ser una realidad.