La religiosas que habitan el monasterio de Villanueva de Sijena están preparando su salida. En los próximos días (diez como mucho, aunque no han puesto una fecha límite) dejarán el cenobio que pertenece a la orden Sanjuanista y que hasta ahora una veintena de hermanas de Belén estaban usando como inquilinas. El abandono supone un golpe para la población, pues temen que se pierda uno de los atractivos turísticos (la visita al edificio religioso es diferente a la exposición con las obras de arte recuperadas tras el litigio con Cataluña) y que parte de las estancias se deterioren si no se logran nuevas ocupantes.

Las religiosas argumentan para justificar su salida que con la apertura al público del recinto ya no pueden llevar una «vida escondida» como hacían hasta ahora. Desde el Ayuntamiento de Villanueva de Sijena señalan que es «funtamental» que el monasterio se mantenga «ocupado y con vida» para poder mantener su dimensión espiritual.

El alcalde, José Jaime Castellón, confía en que en un corto periodo de tiempo se pueda lograr un relevo, algo en lo que también está trabajando el obispado de Barbastro-Monzón, aunque por el momento no ha cuajado ninguna de las propuestas. Sin embargo, algunas fuentes indican que existen algunas órdenes interesadas en poder instalar una congregación en el cenobio.

PRESIÓN MEDIÁTICA

El impulsor de la plataforma Sijena Sí, Juan Izuel, reclama que las nuevas inquilinas (en el caso de que lleguen) muestren un perfil «más integrador» que las actuales, volcadas en la clausura y de espaldas al pueblo. Cree sintomático de su actitud el que cerraran la iglesia e impidieran la celebración de bodas y otras actividades religiosas y sociales en su interior. «La presión mediática a la que han estado sometidas tampoco ha sido de su agrado», señala.

El Gobierno de Aragón han indicado que, en la parte bajo su responsabilidad (el monasterio no es de tiularidad autononómica), las visitas a los antiguos dormitorios del monasterio en las que se ven las piezas recuperadas del tesoro de Sijena se reanudarán en las próximas semanas, tras verse interrumpidas por el estado de alarma.

VISITANTES

La reapertura al público coincidirá con la finalización de las obras de la capilla de la Inmaculada, cuya restauración, tras más de medio siglo cerrada ante su deterioro, comenzó el año pasado, tras adjudicarse la obra por más de 250.000 euros. La capilla barroca también podrá volver a visitarse en el recorrido organizado por el Ejecutivo autonómico.

Sin embargo, la salida de las monjas privará a los visitantes de la otra posibilidad que ofrecían las visitas que llevaban a cabo las propias religiosas al recinto, con partes que no se ven en el recorrido habitual del museo.

A este respecto, fuentes de la consejería de Cultura indicaron que se está negociando con la propiedad para cerrar un acuerdo que permita reanudarlas, pero se desconoce en qué condiciones por el momento. El año 2019 se cerró, según datos del departamento de Turismo, con 6.900 visitantes. Y en los dos meses discurridos del 2020 antes del cierre habían acudido al cenobio otros 500 turistas. «A veces hacer las cosas despacio es una garantía de que salen bien, no importa que se resienta el turismo de forma puntual si logramos nuestros objetivos», indica el alcalde.

PENDIENTES DE LOS MURALES

Este fin de semana se cumplen cuatro años desde que la titular del Juzgado de Primera Instancia número 2 de Huesca condenara al Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) a devolver las valiosas pinturas románicas de la sala capitular del monasterio de Sijena a su lugar de origen. En su sentencia, la juez cuestiona la legitimidad de la posesión de las pinturas por parte del centro museístico catalán y señala que deben de ser consideradas como un bien inmueble inseparable del monumento nacional del que fueron desgajadas. Sin embargo, en este tiempo, a pesar de las reiteradas peticiones, no se ha logrado una ejecución provisional del fallo (como sí sucedió con el pleito relacionado con los bienes del tesoro).

Desde Villanueva de Sijena se defiende que la sala capitular está en perfectas condiciones para acoger las obras de arte (consideradas la capilla Sixtina del románico español) y van a seguir reclamando en los tribunales el regreso de las mismas.

Temor por la falta de interés en celebrar el centenario

La entidad Sijena Sí ha mostrado nuevamente su temor a que la celebración del centenario de la declaración del monasterio de Villanueva de Sijena como monumento nacional del próximo 2023 pase desapercibida por la falta de interés de las administraciones públicas. «Es necesario trabajar en un patronato que regule las actividades de la conmemoración», asegura el portavoz José Izuel.

Además, creen que esa figura administrativa, como ya ocurre con la iglesia de Santa María de Albarracín, sería la más adecuada para coordinar los trabajos de recuperación y de restauración del conjunto histórico. Esto permitiría que más voces fueran partícipes del plan director que busca convertir el recinto religioso en un gran museo. «Es la mejor fórmula para evitar que la gestión dependa de los vaivenes políticos», precisan.