Los responsables de la empresa pública Plaza pidieron a Autocity una señal de solo 400.000 euros por un proyecto de 119 naves --3.361 por cada edificio de unos 300 metros cuadrados-- con el que la empresa esperaba obtener unos ingresos de 38 millones, según declaró ayer Carlos Oehling, cabeza visible de la promotora, que ayer declaró como testigo del caso pagarés en el Juzgado de Instrucción número 5 de Zaragoza.

Autocity dejó el proyecto en octubre del 2008 tras plantearles "una serie de sobrecostes y una serie de modificaciones, que no habíamos aceptado, que hacían el proyecto inviable para Autocity".

Aceptaron 72 naves por las que pagaron 22,15 millones más "una factura de modificados" por 1,12. Vendieron 53 y los socios se quedaron las otras 19, mientras renunciaban a otras 47. Pensaban ingresar 38,3 millones de euros, dijo, y perdieron dinero hasta hacer necesario ampliar su capital.

Vendían los edificios a 700 euros el metro cuadrado, mientras que Plaza adjudicó los trabajos a Codesport --propiedad de Agapito Iglesias-- a 293 aunque aceptó certificaciones de 320.

Plaza terminó pagando a Codesport algo más de 32 millones de euros por la promoción completa de 119 naves, en una operación en la que el juez investiga la posible existencia de los delitos de malversación, administración desleal y estafa.

Otra de las principales causas de la ruptura del acuerdo fueron, según sostuvo Oehling, las "abundantes quejas de sus clientes" tras observar "deficientes calidades" en la primera fase de los trabajos.

El empresario explicó que sus representantes proponían a los responsables de Codesport las modificaciones que les solicitaban los clientes --"era el interlocutor directo", dijo-- y que, antes de firmar el contrato con Plaza había cerrado el trato con el exgerente de la empresa pública, Ricardo García Becerril, y con su exconsejero delegado y exviceconsejero de Obras Públicas, Carlos Esco.