El consejero delegado de Stellantis, Carlos Tavares, se mostró convenido de que la fusión de los grupos automovilísticos PSA-FCA será un «escudo fantástico» contra posibles recortes de empleo en la compañía, que sumará más de 400.000 puestos de trabajo en todo el mundo. Además, consideró que la nueva corporación logrará el 80% de sus sinergias previstas de 5.000 millones para finales del 2024. «Nuestro compromiso en esta fusión es no cerrar ninguna planta como consecuencia de la fusión», aseguró Tavares durante su primera rueda de prensa como primer ejecutivo del cuarto grupo mundial del sector del motor. Y añadió: «Lo que hubiera sido dramático es que no hubiéramos podido fusionarnos».

Tavares explicó que la fusión permitirá sinergias y economías de escala que mejorarán la rentabilidad de las empresas que componen el grupo, lo que «contribuirá a tener productos asequibles y a evitar problemas sociales». La fusión --continúo-- permite a Stellantis tener una nueva escala para rentabilizar las fuertes inversiones necesarias para desarrollar nuevas plataformas, sobre todo eléctricas. El mayor tamaño «va a permitir diluir los costes», aseguró.

El grupo tiene tres factorías en España (Figueruelas en Zaragoza, Vigo en Galicia, Villaverde en Madrid) que suman más de 15.000 trabajadores. Entre las dos primeras suman una producción superior a los 900.000 vehículos al año, lo que las sitúan como uno de los puntos de referencia de Stellantis, que agrupa a 14 marcas con centros de producción en más de 30 países. En el 2019 fue el cuarto grupo mundial por volumen de ventas, con 7,5 millones de unidades. Tavares aludió en la rueda de prensa al «éxito» del nuevo Opel Corsa y lo consideró un ejemplo para lograr que otros modelos de Fiat consigan ser igual de competitivos.

Sobre la situación de las fábricas en Italia, Tavares dijo que Stellantis tendrá que buscar una mayor eficiencia. «Esto se podrá conseguir porque es lo que quieren nuestros trabajadores», y añadió que esto no incluye el despido de parte de la plantilla, sino que esta mejora de la competitividad vendrá por la forma en la que se producen los coches.

A la expectativa

Los efectos de la fusión de Fiat Chrysler Automóbiles (FCA) y el grupo PSA todavía son una incógnita para Figueruelas, pero de lo que nadie duda es que la exigencia será mayor para la factoría aragonesa que ahora tendrá que demostrar su eficiencia, flexibilidad, productividad y competitividad si quiere mantenerse como una de las plantas de referencia del nuevo grupo. El vicesecretario del comité europeo, José Juan Arcéiz, señala que habrá que esperar a los estudios internos que elaborará Stellantis durante todo el 2021 hasta conocer la cirugía que Carlos Tavares aplicará en la estructura del grupo y las decisiones que adoptará respecto a la asignación de modelos a las distintas factorías europeas.

Pese a ello, Arcéiz considera que «si no cambiamos la manera de hacer las cosas no tendremos problemas en lograr nuevas adjudicaciones e inversiones». Hasta ahora, argumenta el responsable de UGT en el foro europeo, Figueruelas se ha situado como la mejor fábrica de Opel, una de las mejores del grupo PSA, pero ahora tendrá que luchar por mantener ese estatus en la nueva corporación. «No estoy intranquilo ni preocupado» porque la planta de Zaragoza es «muy competitiva».

En estos momentos, la actividad de Figueruelas es notable, a pesar de la situación que viven Alemania y Reino Unido, dos de sus principales mercados de exportación. «Estamos sorprendidos porque mantenemos la producción», algo que puede deberse a pedidos acumulados en los meses previa. «Lo que está claro es que aquí no se fabrica ningún vehículo que no se ha vendido», zanjó.