La suerte pasó ayer de largo por las provincias de Huesca y Teruel, un fenómeno que no es nada extraño, pues en el Alto Aragón todavía no ha tocado nunca el Gordo del Niño. Con todo, muchos oscenses y turolenses siguieron ayer el sorteo por diversos medios, con la esperanza de que una ayuda caída del cielo les ayude a sobrellevar la crisis económica. En Zaragoza, la noticia de que el Niño había ido a parar a la calle Gascón de Gotor, muy cerca del paseo de Sagasta, corrió como la pólvora y atrajo a numerosos medios de comunicación hasta la administración número 48. Sin embargo, aparte del lotero, sus empleados y miembros de su familia, nadie más hizo ayer acto de aparición, con lo que no se vivió el típico ambiente festivo propia de estas ocasiones. Claro que algunos vecinos bromeaban con personas conocidas y trataban de hacerles creer que les había tocado la lotería.