La Sección VI de la Audiencia Provincial de Zaragoza ha impuesto ocho años de cárcel a un temporero rumano como autor de un delito de agresión sexual a una mujer de su misma nacionalidad, en la localidad de Ricla, el 20 de marzo del año 2017.

La sentencia concede plena validez a las declaraciones de la víctima, que habló por videoconferencia desde su país y afirmó que las relaciones habían sido contra su voluntad y que, al oponerse, había soportado violencia física. La denunciante aseguró que T. G. la abordó en un camino rural, a las afueras de Ricla, y la condujo a la fuerza hasta un colchón colocado debajo de un árbol.

Allí, relató, el acusado le quitó los pantalones y la ropa interior y la penetró anal y vaginalmente. Ante su resistencia, le propinó un puñetazo que le causó unas lesiones de las que tardó 15 días en estar totalmente curada.

Marcial Serrano, el letrado defensor de T. G., manifestó ayer su disconformidad con el fallo y el relato de los hechos y anunció que presentará un recurso.

Durante el juicio, el letrado mantuvo que en la ropa de la mujer apareció semen de dos personas distintas, del acusado y de un desconocido, para lo que adujo análisis de ADN realizados en un laboratorio.

ARREGLO DE CUENTAS

Sin embargo, la denunciante señaló tajantemente que esa versión no se ajustaba a los hechos y que solo había sido forzada por un hombre, el acusado.

T. G. declaró que la mujer le había denunciado porque él se negaba a pagar cierta cantidad de dinero a una organización mafiosa que al parecer le había facilitado un trabajo en la recogida de fruta en la zona de Valdejalón, donde existe una numerosa comunidad de Europa del Este, en especial de Rumanía.

La sentencia también valora como pruebas determinantes los análisis presentados por los forenses que examinaron a la mujer y que señalaron la existencia de marcas en el cuerpo de la mujer compatibles con una agresión sexual. En este sentido, la determinación del origen del líquido seminal fue fundamental a la hora de inclinarse por una sentencia condenatoria.

La temporera rumana señaló en sus declaraciones que había sido agarrada fuertemente por el cuello hasta el punto de impedirle reaccionar ante la agresión de que era objeto. Mantuvo asimismo que no conocía previamente a su asaltante, pese a que este había afirmado justamente lo contrario.

El fiscal pidió en la vista oral, que se celebró en dos sesiones los días 7 y 27 del mes pasado, un total de nueve años de cárcel, así como una indemnización por el daño moral y las lesiones sufridas por la denunciante. El temporero adujo, al terminar la vista oral y concederle el tribunal el uso de la palabra, que se encontraba enfermo y que era inocente. Solicitó que no fuera condenado y que se le permitiera volver a su país dado su grave estado de salud.

El letrado Marcial Serrano anunció ayer su voluntad de recurrir la sentencia por considerar que las pruebas esgrimidas contra su cliente carecen de solidez.