El terremoto cuyo hipocentro sísmico se conoció por la mañana en Murcia pero que tuvo como epicentro Madrid unas horas después no llegó hasta Aragón. Se oyó el ruido pero no provocó sacudidas. Javier Lambán y Daniel Pérez Calvo, líderes de PSOE y Ciudadanos en Aragón, detuvieron las convulsiones muy pronto, asegurando que en la comunidad no se vivirán situaciones similares, en referencia a los ayuntamientos de Zaragoza y Teruel, donde el partido naranja gobierna junto al PP.

«Nunca presentaremos un moción pensando solo en los intereses del partido», manifestó Pérez Calvo. Y esto se traduce en que ayuntamientos como los de las capitales zaragozana y turolense continuarán manteniendo las alianzas. «Se está trabajando correctamente, vemos que no está en riesgo el interés de la gente», dijo.

Lambán descartó que la moción de censura murciana se pueda reproducir en el Ayuntamiento de Zaragoza, donde la política transcurre por cauces «de bastante normalidad». El PSOE ganó las elecciones municipales en la capital en el 2019 y, a pesar de ser «la opción más legítima» para gobernar, se produjo «otro pacto», también legítimo para Lambán, quien valoró la labor de oposición que está haciendo el grupo municipal socialista y su contribución a la estabilidad social y política.

Ese equilibrio es «absolutamente fundamental» y «un bien de primera magnitud a preservar», por lo que la situación en Aragón «no da a entender» que en esta comunidad «se puedan producir fenómenos así». «Nunca seré cómplice de alterar esa estabilidad política y social. Es más, trabajaré por ella», enfatizó.

En ese sentido, la portavoz del PSOE en el consistorio, Lola Ranera, manifestó que su grupo municipal «ha hecho una oposición responsable» durante este tiempo. «Desde aquí no se ha planteado ni se plantea ninguna moción de censura. El PSOE fue el partido más votado en las últimas elecciones municipales e intentó garantizar un gobierno moderado y estable, que finalmente no llegó a materializarse», explicó la líder de la oposición.

No obstante, en las redes no faltó quien animó a Ranera y Sara Fernández, vicealdaldesa, a que repitieran lo sucedido en Murcia. Se vio, por ejemplo, en el perfil de las Juventudes Socialistas de Zaragoza en Twitter, donde se pedía una unión entre PSOE y Cs: «¿Te imaginas una Zaragoza sin excusas de que ‘esto se hace por exigencia de Vox’?», se preguntaban. «Con un ayuntamiento liderado por @lolaranera y @sarafernandezcs sería posible», se contestaban.

Pérez Calvo trasladó su mensaje de tranquilidad temprano al presidente del PP en Aragón, Luis María Beamonte. «Le he dicho que en Cs somos un partido coherente a la hora de defender los intereses de las personas. Por eso en Murcia se ha tenido que tomar esta decisión que no tiene que ver con los acuerdos que se tienen en otras instituciones», dijo el líder naranja, que justificó la moción de censura murciana al considerar que las relaciones entre los socios «no están siendo fáciles» desde que denunciaron el escándalo de la vacunación de su consejero de Sanidad. Menos compresivo fue con la decisión en Madrid de Isabel Díaz Ayuso. «Ha sido irresponsable», lamentó.

En el Ayuntamiento de Zaragoza ayer no se hablaba de otra cosa y todos miraban a los despachos de los liberales, por si se estaba tramando algo que hiciera temblar la unidad de la que tanto presumen PP y Cs en la capital. El alcalde, Jorge Azcón, aseguró que estaba «totalmente tranquilo» y se mostró confiado en que la formación naranja no dará ninguna sorpresa en la capital aragonesa. Indicó que había hablado con la portavoz de Cs en el ayuntamiento, Sara Fernández, como todos los días. «La situación de Murcia no tiene nada que ver» con la de Zaragoza, «por lo que no hay nada que temer».

Precisamente, la vicealcaldesa dijo que el caso de Murcia es «excepcional» porque allí el PP «no ha respetado los acuerdos alcanzados, con contrataciones irregulares» en el principal Ayuntamiento de la región «o el caso de los cargos políticos del PP que se saltaron el orden de vacunación» y que Cs denunció públicamente. «Y todo ello ha continuado con una falta flagrante de transparencia. Allí donde haya corrupción, sean las siglas que sean, no contarán con Cs».

«No es el caso de Zaragoza, donde tenemos un pacto de Gobierno que se está respetando y que viene definido por las 50 medidas del Acuerdo de Gobierno, donde marcamos nuestras líneas y principios y apostamos por un gobierno moderado y de centro. Nos centramos en trabajar y en sacar adelante esta ciudad desde la responsabilidad y pensando siempre en los zaragozanos», concluyó Sara Fernández.