Un vecino de la calle Olmo de Casetas y las cámaras de seguridad del cuartel del Ejército de esa localidad sitúan a Antonio José Rosa, acusado de haber matado a cuchilladas a su excuñado José Luis López la noche del 15 de septiembre del 2012, en las inmediaciones de la escena del crimen --esa misma calle-- poco antes de la hora en la que la investigación sitúa el ataque.

El vecino, J. V. S., que ayer declaró como testigo en el juicio con jurado popular que celebra la Sección Tercera de la Audiencia de Zaragoza, explicó que vio a Rosa caminar por la calle Olmo hacia la avenida de Zaragoza en torno a las once de la noche con síntomas de embriaguez.

Las cámaras del cuartel captaron su imagen en tres ocasiones, entre las 23.07 y las 23.09 horas, cuando se dirigía a la calle Olmo. Uno de los guardias civiles que investigaron el crimen indicó que si Rosa tomó ese itinerario fue "porque quería esconderse. Por delante siempre había gente en un banco tomando el fresco".

Cerca de 40 testigos de la Fiscalía, la acusación y la defensa --que reclama la absolución-- pasaron ayer por la sala de vistas de la Audiencia que acoge el juicio, en el que Rosa se enfrenta a una petición de 25 años de prisión como presunto autor de un asesinato con las agravantes de ensañamiento --la víctima recibió 17 cuchilladas-- y parentesco.

Otro testigo. A. J. S., explicó que López se dirigió a esa calle tras haber tomado un combinado y fumado un cigarrillo con él y con su hermano en la puerta del bar que regentan, al que había llegado a las 22.15 horas.

Y uno más, el mecánico A. C. C., anotó que, en un momento "cercano" al crimen, Rosa le comentó que "iba a matar a su cuñado y que no se iba a reir más de él".

TENSIÓN También declararon varios familiares del acusado y de la víctima, que ofrecieron puntos de vista diversos en torno a cómo se gestó la crisis del negocio familiar --con cuya venganza identifican las acusaciones el móvil del crimen-- y quién sufrió en mayor medida en su patrimonio los efectos de esa quiebra.

Así, la exesposa de Rosa y hermana de López explicó que su exmarido tenía una actitud "violenta, violentísima", hacia su hermano, al que aseguró que "odiaba". Uno de los tres hijos de ambos, en cambio, apuntó que la relación entre ambos "era cambiante". "Había momentos" de cordialidad y tensión, dijo.

Los guardias civiles que desarrollaron las pesquisas destacaron que Rosa se presentó ante ellos con la ropa completamente limpia tras haber pasado una semana oculto en el monte, que la ropa que llevaba el 15 de septiembre no ha sido localizada, que tampoco ha aparecido el cuchillo y que su cartera y su móvil aparecieron en una mesilla de su casa de Marlofa tras no haber sido hallados en un primer registro. Los agentes admitieron que no investigaron una huella de calzado aparecida junto al cadáver ni unos restos de sangre localizados en un vaso junto a la escena del crimen.