La propiedad del edificio de Juslibol que va a ser derribado durante los próximos días avisó a sus vecinos de que serían desalojados con dos semanas de antelación. Los inquilinos recibieron un burofax en el que se les informaba de que, por el mal estado en el que se encontraba el inmueble, veían necesario «resolver de forma urgente» los contratos de arrendamiento para desalojar el edificio por completo.

En el bloque, con planta calle y tres alturas, había ocho pisos habitados pero solo cuatro pagaban el alquiler mensualmente, según explicó una de las vecinas, Natalia Martínez, que ayer se pasó parte de la mañana cargando en una furgoneta los muebles que ha podido salvar.

En la carta enviada, la propiedad, a través de su abogado, comienza admitiendo que han aparecido «importantes grietas» que se pueden «comprobar» debido al hundimiento producido en la parte del suelo de la planta baja. Como consecuencia, «y con la intención de conocer el alcance y los posibles riesgos» que pueden afectar a la estructura, el titular encargó a un arquitecto un estudio pericial que advirtió «de un posible colapso» del edificio, por lo que decidió rescindir los contratos. En el documento informa de que si transcurridas «48 horas» no obtenían respuesta alguna, «se considerará eximida de cualquier responsabilidad».

Si este burofax fue recibido por los vecinos el día 27 de enero, el 11 de febrero fueron desalojados.

A algunos les pilló por sorpresa y se toparon con la Policía y los Bomberos en la puerta de su casa anunciándoles que habían sido desalojados. Todos los que lo han solicitado han podido recuperar parte de sus enseres. Y los que lo recibieron tampoco fueron previsores ya que ayer estaban recogiendo los muebles de su casa.

Aunque la empresa era conocedora del estado del edificio, en el que las grietas aparecieron hace tiempo, y de que estaba declarado como ruina y debe ser demolido, ha obviado el requerimiento del consistorio por el que le instaba a su derribo inmediato. Así que es el ayuntamiento el que el va a ejecutar los trabajos de forma subsidiaria.

El encargado de derribos de la empresa Salvador S.L. que asume las tareas, Pedro Millán, explicó que se ha de hacer un trabajo de demolición mecánico-manual, es decir, por partes y quitando primero el peso de su interior. El bloque, en un terreno muy inestable, sigue cediendo y el riesgo se mantiene pese a estar apuntalado.

Varios vecinos han decidido unirse para reclamar una indemnización al dueño del inmueble. Aseguran que lo que han hecho no es legal y ya han solicitado información en un gabinete de abogados. Además, criticaron que las alternativas habitacionales ofrecidas por el consistorio han sido escasas e incompletas. Martínez denunció que solo le ofrecieron dos noches en una pensión mientras que a otros vecinos los derivaron al albergue y al Refugio, obligados a pasar el día «vagabundeando» por la calle.