El pulso entre el Gobierno de Zaragoza en Común (ZeC) y los promotores del outlet de Pikolín no tiene más recorrido. Ni las disputas en la tramitación, ni la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) que declaró nulo de pleno derecho el plan especial que posibilita la construcción de Torre Village con actividades de ocio y restauración como las que afectan a las cuatro licencias que ayer se concedían en la Gerencia de Urbanismo. Sin más aditivos que el rechazo, nuevamente, del responsable del área, Pablo Muñoz, a concedérselas -fue el único que votó en contra de darlas-, la abstención de CHA al admitir que era un «acto reglado» y una aprobación que salió adelante con los votos del PP, del PSOE y de Ciudadanos (Cs), inquebranteblemente unidos en desatascar la situación en la próxima corporación regularizando legalmente su recalificación.

Los tres partidos destacaron la derrota política de ZeC y del propio Muñoz con este pulso a Torre Village y, como le recriminó la concejala socialista Lola Ranera, el «uso torticero de lo político y lo técnico» con el que se ha gestionado estos expedientes desde el principio. La concesión de la licencia comercial al outlet por parte de la DGA hacía imposible suspender la concesión de estas cuatro licencias para, entre otros usos, habilitar los cines o la restauración y las zonas de tiendas. Salvo que quisiera, subrayaron todos, incurrir en una posible prevaricación por retrasar su concesión a sabiendas de que no podía. Un delito que, añadió, entendía que «no es su intención».

Desde el PP, el edil Pedro Navarro hizo especial hincapié en el «doble rasero» del Gobierno municipal con los acuerdos urbanísticos que se han pretendido en el actual mandato. Ayer mismo, confrontaba el consenso, la unanimidad, alcanzada con el pacto por los suelos del antiguo IFET de la Cámara de Comercio, que acompaña la construcción de «unas 200 viviendas en el Picarral» con los reparos que constantemente ha manifestado al outlet de Pikolín que se está construyendo en la parcela de la antigua factoría en la carretera de Logroño. «Depende de quien lo pide», remarcó, se acepta una modificación del Plan General de Ordenación urbana (PGOU) que siempre supone una recalificación a la carta. Así, lo ocurrido ayer suponía, dijo, el «perfecto epitafio» a lo que ha sido el mandato de ZeC en la actual legislatura.

Pero Muñoz no se quedó atrás. Sostuvo su negativa y arremetió contra el «tripartito de moda» que ya acuño en su día CHA para referirse a PP, PSOE y Cs con este proyecto de Torre Village. El edil de ZeC destacó cómo el outlet representa «para Ciudadanos que el emporio de Pikolín ya forma parte de su campaña electoral», al recordar que una de las personas que integra su candidatura al ayuntamiento, Carmen Herrarte, es la actual directora del proyecto; y que el PP «siempre ha estado de lado de los poderes fácticos».

Y añadió dos matices a la concesión de estas cuatro licencias. Una, la prescripción que dice, explicó Muñoz, que si el Tribunal Supremo desestima el recurso de casación a la sentencia del TSJA, estas cuatro autorizaciones «se encontrarán incursas en una situación de nulidad sobrevenida». Otra, que las el proyecto actual «triplica las plazas de aparcamiento previstas», de las 273 iniciales a las 696 actuales, que a su juicio evidencia el «uso y abuso del coche privado» que conllevará y los «problemas de movilidad» que se advirtieron.