Los trabajadores del Centro Penitenciario de Teruel han denunciado este miércoles el "caos" que están viviendo ante el brote de coronavirus que se ha registrado hace más de una semana entre reclusos y varios de los empleados de la prisión y han asegurado que no estaban preparados para esta situación, que les está desbordando.

El brote empezó el pasado 23 de enero y hay que recordar que, en la primera ola de la pandemia, falleció de coronavirus un funcionario del centro. La situación es muy complicada y los sindicatos han pedido a la Delegación del Gobierno y a la Consejería de Sanidad que prioricen la vacuna anticovid para los colectivos de prisiones, reclusos y funcionarios.

Sin embargo, fuentes de la Delegación del Gobierno en Aragón han señalado que "la situación está controlada" y que "no hay ningún problema". "Determinados puestos de trabajo se desarrollan mediante teletrabajo", han precisado.

Por otro lado, en principio, algunos de los afectados saldrán mañana de la cuarentena, y han anunciado que se volverá a hacer la prueba del PCR a los presos.

En un comunicado, la Sección Sindical de ACAIP-UGT Teruel ha criticado que los trabajadores de distintas áreas han tenido que reinventarse “sobre la marcha” ante el incipiente aumento de positivos y ha considerado que confinar una prisión “no es fácil”, y menos, “cuando no se tienen instrucciones claras”.

Blindar la prisión

Silvia Moriche, de CSIF, ha informado que están infectados 133 presos de un total de 186, "lo que equivale al 70% de la población reclusa del centro". "Ante esta situación ha habido que blindar la prisión y se han suspendido las conducciones, los contactos vis a vis, los permisos y los talleres", ha indicado. Además, 14 trabajadores de los 120 de que consta la plantilla han dado positivo en coronavirus.

"A nivel general ha aumentado mucho el trabajo, tanto para los sanitarios como para los vigilantes, dado que los presos con la enfermedad tienen que estar perfectamente separados del resto y entre sí, tanto en las celdas como en el patio y en el resto de dependencias", ha explicado. Eso ha dado lugar a establecer diferentes horarios en las zonas comunes, "lo que ha supuesto una total reorganización del trabajo dentro de la cárcel", ha continuado la representante de CSIF.

A ello se une, ha subrayado Silvia Moriche, "la dificultad que entraña mantener confinadas a personas que, en un porcentaje alto, padecen problemas mentales y enfermedades derivadas de la drogadicción"

El sindicato ACAIP-UGT en Teruel han reconocido que las dependencias que todavía no han sido inauguradas “oficialmente” les han sido útiles para el aislamiento de los internos contagiados, aunque han lamentado que para el uso de esas nuevas zonas no se ha contado con más trabajadores sino, por el contrario, con menos, teniendo en cuenta que varios de ellos han dado positivo o han tenido que hacer cuarentena.

“Y es en medio del caos, cuando la Administración saca pecho y anuncia que se van a realizar de manera inmediata 80 PCR a distintos empleados del centro de un total aproximado de 126”, han sostenido, para reconocer a renglón seguido que la realidad es que dicha inmediatez “brilló por su ausencia”, porque comenzó ocho días más tarde que el brote inicial.

De hecho, han continuado, a día de hoy todavía quedan trabajadores a los que no se ha realizado la prueba y está previsto que termine el próximo viernes, quince días más tarde del primer aviso del coronavirus en la prisión de Teruel, y que ha obligado a muchos de los empelados con sintomatología clara a hacerse la prueba por su cuenta.

También sobre las labores de desinfección del centro por parte del Ejercito de Tierra han denunciado desde el sindicato que se ha actuado tarde, porque, según han indicado, tuvieron que esperar una semana y sobrepasar el centenar de internos enfermos por la covid-19 para que dicha petición se llevará a cabo y su ejecución fuera efectiva a los once días del estallido del brote.

Así, la Sección Sindical de ACAIP-UGT Teruel ha concluido que el Centro Penitenciario de Teruel no está colapsado gracias a la plantilla “altamente competente”, sino que está desbordado por culpa del “ninguneo” al que, tal y como han reiterado, están siendo sometidos “desde tiempos inmemorables”.