Dos años después de aprobarse la Ley Orgánica de Universidades (LOU) y quince meses después de que se empezara a redactar el primer borrador, la Universidad de Zaragoza ya tiene sus nuevos Estatutos. Una vez subsanados algunos problemas de legalidad, el Gobierno de Aragón los ratificó ayer de forma definitiva, por lo que el campus dispone por fin de unas reglas de juego que en el Claustro obtuvieron un notable grado de consenso, pero que han sido criticadas por colectivos de profesores y de alumnos por considerarlas "una mera aplicación de la ley del PP".

La sensación general es que no se ha hecho una revolución porque la universidad no la necesita, por lo que el nuevo texto "no introduce grandes cambios a corto plazo", aunque sí permitirá "pequeñas mejoras". Son palabras de Miguel Angel Ruiz, portavoz de Colectivo, uno de los dos grupos de profesorado que sustentan al rector, Felipe Pétriz. Ruiz destacó el consenso alcanzado durante el proceso de negociación del anteproyecto (al final fue aprobado por el 60% de los miembros del Claustro) y matizó que "lo malo de los Estatutos" es fruto de la LOU. "Si los estudiantes y los profesores no permanentes tienen menos representatividad es por culpa de la ley", afirmó a este diario.

Eva Cid, del grupo de profesorado Renovación, el otro colectivo que apoya al rector, cree que a partir de ahora la universidad va a tener menos comisiones y plazos más cortos, por lo que la gestión será más ágil. "No es una revolución, pero se podrá simplificar la burocracia", aseguró.

ESTRUCTURA EJECUTIVA Algo más crítico se mostró Rafael Navarro, de Plataforma. "Se podría haber aligerado más la carga administrativa. Debería haber una estructura más ejecutiva y menos consultiva, porque somos demasiado lentos cuando se nos pide algo desde fuera, y hay que tener en cuenta que las empresas trabajan a otro ritmo". De todas formas, Navarro resaltó el alto grado de consenso alcanzado, "algo que no pasó hace 20 años, cuando se aprobaron los anteriores Estatutos, ya que entonces una parte de la universidad impuso sus reglas a la otra".

El único grupo docente que votó mayoritariamente en contra de los Estatutos fue CAPI (Candidatura Alternativa de Profesores e Investigadores). Su portavoz, José Luis Briz, lamentó ayer que el texto finalmente aprobado sea "más un desarrollo de la LOU que una corrección de esta ley". Entre los aspectos negativos subrayó "la precarización" del empleo para los profesores que no son fijos, "que deberán pasar unas pruebas de selección en algunos casos más duras que las anteriores para acceder a una plaza como profesor titular".

Entre los estudiantes, casi todas las organizaciones rechazaron en su momento los Estatutos. Para el grupo mayoritario, EDU, "están hechos por y para el profesorado". Manuel Moreno, su portavoz, lamentó la disminución de la presencia de alumnos en los órganos de gobierno del campus.

Entre el personal de administración y servicios, los colectivos mayoritarios votaron a favor de los Estatutos. Para Inés Vázquez, de la candidatura Funcionando, "se ajustan a lo que necesita ahora la universidad". El texto completo se puede consultar en www.unizar.es.