Vanesa Carbonell (Zaragoza, 1988) se convirtió el pasado martes en la primera mujer gitana diputada de las Cortes de Aragón, tras prometer su cargo como parlamentaria de Podemos-Equo. Hasta ahora, esta abogada nacida en el Gancho, compaginaba su labor como orientadora laboral y técnica de discriminación en la Fundación Secretariado Gitano con el Turno de Oficio.

- Es la primera mujer gitana en asumir el cargo de diputada en Aragón. ¿Qué supone?

- Es un orgullo y una gran responsabilidad ser la primera persona aragonesa de etnia gitana que entra en las Cortes, y espero que con ello los jóvenes aragoneses puedan ver que con esfuerzo y tesón se pueden cumplir todos sus objetivos y sus sueños. Espero que me vean como un haz de esperanza.

- En los últimos años ha trabajado con la Fundación Secretariado Gitano. En las Cortes ha roto un techo de cristal, ¿qué techos le quedan por romper al colectivo?

- Bastantes. La etnia gitana es una etnia en minoría, y es el colectivo más discriminado junto al inmigrante. Además, aquella persona que es mujer y encima gitana sufre una doble discriminación de acceso a cualquier servicio. Ya sea de vivienda, empleo, acción social... En todos los ámbitos va a tener muchas más dificultades. Poder entrar en la política como diputada, siendo mujer y gitana, rompe ese estereotipo y esa doble discriminación.

- Es abogada y ha trabajado en grandes bufetes como Cuatrecasas. En esa trayectoria, ¿ha sido más veces la primera?

- Bueno... (sonríe). De eso no tengo realmente datos, pero sí que soy una de las primeras mujeres gitanas en Aragón licenciada en Derecho. Sara Giménez (diputada por Ciudadanos en el_Congreso) fue la primera. Yo creo que soy la segunda en Aragón y la primera en Zaragoza, al menos que tenga constancia. Eso también es un reto que he ido superando. Pero esperemos que haya muchos y muchas más.

- ¿Cómo vivió su primer pleno?

- La toma de posesión fue muy apasionante, con nervios. Fui muy bien acogida por el grupo parlamentario y por el resto de diputados y la verdad es que fue un curso intensivo en política. Me quedé hasta el final del pleno, tuve que votar las iniciativas. La verdad es que me impresionaron mucho las respuestas de Vox discriminando al colectivo inmigrante, acusándoles de que están en Canarias viviendo en hoteles de lujo. También me impactó su salida del pleno cuando intervino nuestro portavoz, Nacho Escartín, y que casi no le dejaran intervenir.

- ¿Se lo esperaba así?

- La mayoría de las comparecencias se desarrollaron en un tono correcto, salvo la intervención de Vox, que me resultó intolerante.

- Hasta ahora ha estado alejada de la política. ¿Por qué decidió presentarse por Podemos?

- Por mi vocación, porque pertenezco a un colectivo muy discriminado, siempre he intentado ayudar a quienes me rodean. Cuando Podemos se acercó a mí y me dio esta oportunidad, no me lo pensé dos veces. Así podía intentar ayudar desde dentro a los más vulnerables, no solo al colectivo gitano al que pertenezco.

- Llega a la política en un momento difícil por la crisis sanitaria y económica. ¿Qué cree que puede aportar como diputada?

- Puedo aportar mi experiencia trabajando con colectivos vulnerables. Soy conocedora de situaciones en las que hay personas que han tenido que acudir a Servicios Sociales por primera vez, con miedo y con vergüenza. Compañeros del Turno de Oficio que han tenido que solicitar ayudas, porque durante el cierre de los primeros meses de pandemia no había ningún ingreso, pero había que seguir pagando la Seguridad Social, la mutualidad de la abogacía. Y no te podías adscribir a las ayudas del Estado. Fue complicado hasta que llegaron las ayudas de la abogacía o del Colegio de Abogados de Zaragoza. Hay gente que se está quedando atrás. Esto se oye a menudo, pero si cuentas las vivencias que tú conoces, ya no pones solo número, sino cara y nombre a esas situaciones.

- ¿Qué le parece que sea noticia que alguien llegue a ser diputado sin tener vínculos previos con la política?

- Quiero que me vean como un referente de todas aquellas personas que sienten que no están siendo escuchadas. Que sientan que una persona normal, de la calle, puede llegar hasta aquí con un poco de esfuerzo.

- La vimos en las Cortes acompañada por su familia. ¿Qué le dicen con el nuevo cargo?

- Están muy orgullosos de mí y ansiosos de que pueda dar todo lo mejor. Y espero no decepcionarles, por supuesto.