Teruel enfila a partir de hoy la recta final de las fiestas del Ángel, que tendrán su momento cumbre a las 16.45 de mañana, cuando los miembros de la peña Los Chachos se subirán a la estatua de El Torico, en pleno centro de la ciudad, y le colocarán el tradicional pañuelico.

«Ya se nota en el ambiente la tensión que precede a la Vaquilla», afirmó ayer Emma Buj, alcaldesa de Teruel, que hizo votos para que las festividades discurran «con el menor número posible de incidentes», como es la tónica en la ciudad de El Torico.

De momento, los visitantes ya han empezado a llegar a la ciudad, que registrará un índice de ocupación similar al de otras ediciones. «La noche de hoy los hoteles estarán al 75%, la de mañana al 90% y la del domingo al lunes bajará al 60%», señaló Juan Ciércoles, responsable de la Asociación de Empresarios Turísticos de Teruel.

«Son porcentajes similares a los de otras fiestas y lo cierto es que se podrían mejorar», subrayó el hotelero, que recordó que el ayuntamiento facilita una zona de acampada con 2.200 plazas en la zona de Las Viñas.

SAN FERMÍN COMPETIDOR

Por otro lado, este año el calendario de las fiestas de Teruel ha creado una curiosa coincidencia: el día grande, el de la puesta del pañuelico, coincide con el comienzo de San Fermín en Pamplona. «Al solaparse ambos eventos es posible que Teruel haya salido perjudicado», comentó Ciércoles.

Con todo, las fiestas de Teruel han ido ganando fuerza desde su comienzo el 29 de junio y seguirán haciéndolo hasta el domingo que viene. El lunes siguiente es tradicionalmente festivo (con la retirada del pañuelico y la traca final), pero habitualmente hay un descenso de la afluencia con la marcha de las personas que no residen en la ciudad.

«Hay ganas, como turolense, de que empiece la Vaquilla», subrayó la alcaldesa. «El sábado, a mediodía, nos vestimos de vaquilleros y empiezan los días especiales, pero mañana las peñas ya tienen actividades», añadió.

Emma Buj hizo hincapié en que todo está preparado para que la Vaquilla, como otros años, sea una fiesta «de éxito y también tranquila».

De hecho, se han puesto abundantes medios, humanos y materiales, para conseguir que no se produzcan problemas de orden público ni agresiones sexistas, como la instalación de cámaras en los lugares de mayor afluencia de público. Además, el despliegue de las fuerzas seguridad cuenta con más de medio millar de agentes entre la Policía Nacional, la Local y la Guardia Civil.