La marcha de Artigas constata que no funciona esa teoría que abanderó ZeC de que los ciudadanos metidos a política pueden eclipsar a los que llamaban «profesionales», esos que ven en ella su única dedicación posible y llevan años viviendo de su banda. Ella, funcionaria con más retribución en su puesto que de concejala, no llegó para lucrarse y ha sido víctima de la voracidad institucional. Como también le ha pasado a Elena Giner, a Arantza Gracia... Sobreviven los que tienen costra -Cubero, Híjar...-, que para eso ZeC también tiene profesionales.