La empresa aragonesa Vitalia abrirá la semana que viene una residencia para la tercera edad de gran capacidad, con 215 plazas y otras 30 como centro de día, en uno de los «cadáveres» inmobiliarios de la Expo, el hotel que iba a abrirse junto a lo que hoy es la oficina del Inaem de la avenida Ranillas. El entrecomillado es del presidente del grupo Vitalia Home, José María Cosculluela, quien ayer se enorgullecía de la resurrección del inmueble para dar cabida a un proyecto «innovador» en el centro.

Así pudieron comprobarlo el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, y la consejera de Derechos Sociales, María Victoria Broto, invitados a una de las múltiples visitas que está realizando el centro antes de su puesta en marcha.

Aunque el centro no tendrá plazas concertadas con Servicios Sociales ni hay planes de que las haya, Lambán destacó la sintonía que presenta este «magnífico» proyecto con la labor de su Gobierno, y aprovechó para repasar, entre otros logros, la «recuperación de un espacio vacío de la Expo», como está intentando hacer su Gobierno -y el anterior- con instalaciones públicas.

También repasó el aumento de inversión en servicios sociales a lo largo de la legislatura, en particular el aumento de 1.100 a 1.900 plazas concertadas en residencias, y el crecimiento en la atención a dependientes «de 10.000 a 30.000».

MÁS RESIDENCIAS

En clave electoral, Lambán anunció que Broto trabaja en un «plan de infraestructuras» para dotar a la comunidad de más residencias, se supone que públicas, de acara a una hipotética próxima legislatura. En ella, avanzó también, podrían acabar con la lista de espera de dependencia en aproximadamente año y medio.

Otro aspecto que destacó el presidente sobre el proyecto fue el de la «innovación». La residencia implantará un modelo llamado Casas para vivir, en el que los residentes podrán convivir en grupos de unas 15 personas con los que tengan más afinidad. Según explicó Cosculluela, el modelo está basado en el mayorazgo aragonés, y pretende compensar el efecto «pernicioso» de «institucionalizar» a la gente al internarla.

La residencia creará 120 empleos y los residentes pagarán unos 1.500 euros al mes.