Cura de Fabara

Hace 30 años un grupo de más de 30 sacerdotes presentó su dimisión al entonces arzobispo, Cantero Cuadrado, en respuesta a la decisión de destituir como párroco de Fabara a nuestro entrevistado.

--Descríbame el panorama social de la época.

--Año 74, en la iglesia se está viviendo el concilio Vaticano II, que ha supuesto una renovación, y significó toda una convulsión. En España todos sabemos que es el final del franquismo y que se palpa una gran inquietud...

--¿Y exactamente qué sucedió con usted?

--Yo fui la anécdota de lo que estaba pasando. Había por un lado un gran número de movimientos cristianos que asumieron el espíritu del cambio y en frente se encontraba un sector inmovilista muy opuesto a estos cambios.

--¿Qué supuso en la sociedad aragonesa esa noticia?

--Que todo el mundo entendió que yo era la anécdota y que se trataba de cortar una visión comprometida de muchos cristianos, que iban por libre o encuadrados en movimientos de Acción Católica, que entonces se llamaban especializados.

--La noticia salió en el mundo.

--Sí, fue recogida no sólo por los medios de comunicación aragoneses sino por todos de ámbito nacional, pero también apareció en todos los medios europeos. Lo importante fue que el movimiento de solidaridad de base se extendió por toda España y no sólo en los ámbitos cristianos sino que fue aceptado y bien acogido por todos los movimientos que esperaban el cambio.

--¿Le dolió esa separación de su actividad sacerdotal?

--Yo siempre respondo que estoy en el exilio. Ni dolió ni dejó de doler, estabas en una dinámica que te llevaba a esto; con la que te encuentras aunque no la busques.

--30 años. ¿Cómo ve ahora la Iglesia?

--En la Iglesia ha habido una involución. La esperanza, que como toda esperanza apela al futuro, creada por el Vaticano II todavía está por cumplirse. En estos momentos la fuerzas más tradicionales de la Iglesia son las que están en el poder: Opus, Vaticano, Curia... Si en lo cristiano la esperanza está ahí yo te pregunto a ti: ¿y en lo social se han alcanzado las metas?

--A mi no me pregunte que yo soy un pobre hombre...

--Ja, ja.

--¿Valió la pena?

--Escuetamente, sí. Aunque se ha dormido mucho la sociedad. Por fortuna hay sectores muy vivos: nunca se ha visto tanta gente en movimientos sociales y políticos (Prestige, guerra, trasvase), como en los últimos años. Y te puedo decir que los que seguimos vivos de aquellos más de 30 no han cesado en su lucha.