En agosto, a los pocos días de conocer la operación de la Fiscalía Anticorrupción en Plaza, los periodistas empezamos a pedir explicaciones a los políticos que durante años dirigieron el proyecto económico más importante de Aragón y no se enteraron de que se podían estar cometiendo irregularidades económicas. O no. Fuimos tan pesados que, aún era verano, y ya pedíamos una comisión de investigación en las Cortes. Más que nada porque había muchas cosas que aclarar de los políticos. Pocos partidos lo veían claro entonces y siguen igual pero se ponen una careta que no engaña a nadie. En el PSOE tienen miedo porque dos de sus diputados han presidido el consejo de administración, porque otra es la esposa del exconsejero delegado y porque está en el punto de mira la gestión del pasado socialista. En el PP tienen miedo porque a la presidenta no le gusta nada cualquier tufo de corrupción y en el PAR temen algo pero no se sabe qué. Solo IU y CHA parecen estar menos incómodos. Casi todos piensan que la comisión no va a servir para nada aunque solo uno se atreve a decirlo. Y culpan de todo a los periodistas porque solo queremos carnaza. Son así de torpes. Ellos mismos echan por tierra su trabajo. Yo prefiero ser canario en esto; ellos son unos pájaros pero con cuerpo de cangrejo, porque en lugar de avanzar van hacia atrás.