La Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS Aragón) abrió ayer la edición número 24 de sus jornadas anuales, que este año ponen el énfasis en el trabajo, como elemento clave en la calidad de vida de las personas, la comunidad y las relaciones económicas entre la ciudadanía, los pueblos y los Estados. El objetivo del foro, que se celebrará hasta mañana en el centro Joaquín Roncal de Zaragoza, es ofrecer un espacio donde reflexionar, desde la práctica y retos de futuro, para mostrar que otra economía es posible.

La primera sesión de las jornadas, que se desarrollan bajo el título ¿Qué trabajo para qué vida?, contó con la intervención de la antropóloga Ana María Rivas Rivas, mientras que Pilar Garay Toboso dio la bienvenida como portavoz de REAS Aragón.

Hoy tendrá lugar una mesa de experiencias de economía social y solidaria en la que participarán Nuria Soto Aliaga, de la cooperativa de reparto urbano Mensakas; Raquel Ramírez García, de la asociación El Colletero de La Rioja; Pastora Filigrana García, de Abogadas Cooperativa Andaluza; y Gloria Patricia Giraldo Osorio, de la Asociación Trabajadoras del Hogar puesta en marcha en Zaragoza.

REAS Aragón está integrada actualmente por 28 entidades, la mayoría de ellas cooperativas de trabajo asociado. «La gente cada vez toma más consciencia de dónde pone su dinero, su consumo y su compromiso», destacó ayer Pilar Monzón, secretaria técnica de esta alianza, que asegura que este modelo alternativo está cogiendo fuerza en los últimos años en Aragón.

Según esta red de entidades, la economía solidaria se presenta como una propuesta diferente para entender la economía y los procesos económicos, ya que tiene en cuenta a las personas, el medio ambiente y el desarrollo sostenible y sustentable, como referencia prioritaria por encima de otros intereses. Aspira a ser instrumento de transformación social y se rige por los principios de equidad, trabajo, sostenibilidad ambiental, cooperación, sin fines lucrativos y compromiso con el entorno.