El cambio climático es un virus contra el que no existe ni existirá vacuna alguna, por lo que cualquier acción que trate de mitigarlo es buena. El Ayuntamiento de Zaragoza ha diseñado un nuevo plan que tiene como objetivo conseguir que en el 2030 la mitad de la energía consumida sea verde. Un propósito complicado e incluso «idílico», como ha admitido el titular de Urbanismo, Víctor Serrano, que tiene por delante un gran reto.

En la anterior legislatura Zaragoza en Común (ZeC) ya puso en marcha la maquinaria para rebajar la factura energética y para iniciar el camino hacía la compra de energía directa. Un cambio de modelo y mentalidad que se completará ahora con un plan 2021-2030 que el próximo año contará con una partida de 1,6 millones, frente a los 413.000 de este ejercicio. El Gobierno PP-Cs cuadruplica así la partida, aunque habrá que ver qué ocurre en los sucesivos años.

En realidad este proyecto viene impuesto por Europa, que ha endurecido sus exigencias para financiar las políticas medioambientales a los países miembro. El Estado trabaja ya en un anteproyecto en el que exigirá que en el 2030 el 35% de la energía consumida por los entes locales sea verde. El consistorio zaragozano ha decidido lanzarse a la piscina y ampliar el horizonte hasta el 50%.

FACTURACIÓN / Además del consumo de energía renovable, la reducción de la facturación se convierte en el otro gran propósito. Con el anterior Gobierno de ZeC ya se logró rebajar la factura de los 5,5 millones hasta los 3,5. Esto supone una disminución de 947 toneladas de CO2, que equivaldría a la plantación de 35.000 árboles.

Este ahorro debería crecer durante la próxima década y para eso se trabajar para conseguir la eficiencia energética en las instalaciones municipales, se elaborarán planes de consumo y se contratarán asistencias técnicas para instalar placas solares en las cubiertas de los edificios municipales.

Además, Serrano intentará lo que no consiguió ZeC, poner en marcha para la contratación bilateral de energía para que la ciudad sea capaz de producir la que va a consumir. Para ello, se promoverán los gases neutros y se valorará la contratación de gas natural neutro por la compensación de huella de carbono. Esta compra directa, matiza Serrano, permitirá ahorrar costes, como también sucederá si se sigue apostando por la instalación de placas solares en los equipamientos públicos.

CONSUMO / El consumo responsable y moderado juega un papel importante. Por ello, este plan a diez años contempla la optimización de los consumos eléctricos y de combustible en los equipamientos. Como sucede en los hogares, los meses de invierno el gasto en gas se dispara, especialmente en los colegios, y el eléctrico en verano por el uso de los aparatos de aire acondicionado. Dos obviedades en las que se trabajará para buscar alternativas de energías verdes.

El consistorio es responsable de 795 equipamientos y tiene la friolera de 2.159 contratos. A partir de ahora, se puntuarán las medidas de eficiencia a coste cero que ofrezcan las empresas.

ALUMBRADO PÚBLICO / El alumbrado público es el rey del consumo y el que más margen de mejora tiene, según el técnico municipal Javier Pérez, seguido de los colegios y pabellones deportivos.

Si se tienen en cuenta los consumos municipales, las farolas de la ciudad representan el 33% del total de los servicios, mientras que los centros escolares el 14% y los deportivos el 11%. La cifra del alumbrado se dispara al 86% si se compara el reparto según los servicios. Y eso que en los últimos años el consistorio ha invertido en la renovación del alumbrado con luces led, más eficientes y con un consumo menor.

Como curiosidad, Pérez ha negado que el ayuntamiento vaya a ver reflejado en su factura a modo de ahorro las semanas de confinamiento durante las que han estado cerrados y sin uso. El motivo no es otro que los costes fijos que tienen que asumir en los más de 2.000 contratos que tienen firmados para la gestión de los diferentes edificios públicos.