Pocos avances ha habido en la negociación de los presupuestos del 2019 en el Ayuntamiento de la ciudad. Zaragoza en Común (ZeC) solo ha logrado sentar en la mesa a CHA, pero necesita al PSOE para poder aprobar las cuentas y los socialistas siguen sin querer iniciar las conversaciones a la espera de saber si la deuda del tranvía computa, algo que tiene que dirimir el Ministerio de Hacienda.

El concejal de Economía, Fernando Rivarés, admitió ayer que la negociación del presupuesto este año no avanza por una única razón: porque hacerlo sin la participación del PSOE «no tiene sentido», y por tanto, por mucho que llegue a acuerdos con CHA no servirá de nada o servirá «de poco», como aseguró el propio Rivarés, que insistió en que deben estar las tres formaciones de izquierdas.

El concejal recordó que el equipo de Gobierno presentó el borrador el 3 de diciembre y que a los pocos días se iniciaron los contactos con CHA. Las propuestas de esta formación se han asumido de forma «teórica» y están pendientes de encajarlas.

Para Rivarés, las reuniones son «a tres» bandas y no contempla otra forma de sacar adelante las cuentas a sabiendas de que el tiempo apremia porque este año hay elecciones y los plazos se reducen.

El PSOE aún no se ha sentado en la mesa de negociación con el argumento de que no lo hará hasta que reciba la confirmación del Ministerio de Hacienda sobre la deuda del tranvía. Para la formación es esencial porque en el caso de que compute tienen serias dudas de que la ciudad cumpla con el umbral de endeudamiento que permite el ministerio, aunque Rivarés ya dijo en una comisión que no se sobrepasaría.

Según el concejal, ZeC conoce que la situación de la deuda del tranvía seguirá igual o, como mucho, se imputarán al ayuntamiento los 60 millones que dedica a subvencionar el billete para que la gente no pague 2,5 euros por viaje, algo asumible porque el nivel de deuda de la ciudad no llegará al 100% cuando el límite legal es del 110%. «No pasará nada», ya que la deuda era del 126,4% en 2015 y a 31 de diciembre del 2018 se situó en el 92%.

Respetarlo es vital porque, en caso de no ser así, Zaragoza no podría pedir créditos bancarios para financiar nuevos proyectos como, por ejemplo, el ambicioso plan de vivienda para el que el consistorio ha pedido al Banco Europeo de Inversión 50 millones de euros. Para quitarle hierro al asunto y tratar de mostrar que existe una buena relación con el PSOE, Rivarés aseguró que habla a menudo con el portavoz de Economía del PSOE, Javier Trívez. Tanto es así, dijo, que ayer mismo habló con el socialista.

Pero lo importante en todo esto es que no lo ha hecho para iniciar una ronda de negociaciones entre los partidos de la izquierda.

Por lo tanto, la decisión está en manos del PSOE, al que Rivarés instó a sentarse a negociar «aunque sea de manera extraoficial» en los próximos días, ya que antes o después el equipo de Gobierno municipal cumplirá su obligación de aprobar los presupuestos.