El Casademont Zaragoza ha encontrado su antídoto en Murcia y, por primera vez en estas tres jornada de Liga, ha sido peor que su rival. Ha encajado su primera derrota (89-73) con toda justicia, superado con su principal arma hasta ahora, una defensa asfixiante, y, pese a un par de arreones que parecían devolverle al partido, se ha quedado sin respuesta, sin argumentos. Nunca ha terminado de creer en la remontada, no la ha visto posible. Porque no ha jugado cómodo en ataque, no ha producido con fluidez, y no a sabido cómo impedir que el UCAM lo acribillara a triples. 42 veces ha tirado el equipo de Sito Alonso, metiendo 18. Tampoco ha dominado el rebote (47-37) y ha perdido 13 balones.

Al Casademont le han sorprendido con su propia medicina. Con las virtudes que le habían hecho ganar sus dos primeros partidos. Ha sido el UCAM Murcia el que ha salido enchufado desde el principio, el que ha marcado el ritmo en defensa, el que ha desplegado su juego como tenía previsto, con una gran efectividad. «¿Por qué tiran tan fácil?», preguntaba Fisac a sus jugadores en el primer tiempo muerto que ha tenido que pedir a los tres minutos de juego, con 9-1 fruto de tres triples murcianos. El Casademont ya acumulaba cinco pérdidas. Ha salido San Miguel y le ha dado otro ritmo al equipo, Brussino ha encadenado un par de buenas acciones, se ha sumado Justiz... y el equipo zaragozano le ha dado la vuelta al marcador con un parcial de 0-9.

Pero el conjunto de Sito Alonso no ha cejado en su idea, ha mantenido su estilo y ha aparecido Rafa Luz para iluminar la victoria. En un momento el UCAM ha vuelto a abrir brecha (25-12, min. 10). De ahí hasta el final ha sido un quiero y no puedo del Casademont ante un Murcia mucho más sólido en todas las facetas. Desde luego en lanzamiento exterior, acribillando a triples a un desarmado Casademont, pero también en el rebote y provocando los errores aragoneses. El de Sito Alonso ha sido un equipo coral en el que primero ha aparecido Luz, luego Eddie, más tarde Booker. El de Fisac ha sido un grupo desconectado, con chispazos de vez en cuando, pero demasiado precipitado como para poder remontar la situación.

Solo DJ Seeley, sobrio en gestos y juego, y Nico Brussino, un argentino tímido, han mantenido el ritmo anotador en el Casademont. El resto, nada o casi nada. Muy desacertado ha estado Benzing, que no se esconde nunca, no ha tenido su día Radovic, ha jugado muy poco Barreiro (parecía que por lesión aunque ha vuelto en los últimos minutos), Justiz se ha cargado de personales, Hlinason no llegaba a todo. Fisac ha puesto dos cincos y dos bases en diferentes momentos, ha probado a jugar con grandes y a buscar más velocidad. Esta vez las rotaciones tampoco han sido la solución.

Lo más que ha podido hacer el Casademont ha sido ponerse a cuatro (52-48) aprovechando la caída en picado de los porcentajes anotadores del UCAM a la salida del tercer cuarto. Pero un nuevo triple de Eddie y una antideportiva de San Miguel han dado aire al conjunto local. Ahí se ha acabado el Casademont, que ni por juego ni por fe ha podido volver al partido. El Murcia ha seguido anotando de tres mientras los aragoneses veían pasar el tiempo hasta el final del partido con impotencia.

No ha encontrado su juego el equipo de Fisac, no ha disfrutado, no ha puesto en apuros a su rival. Le ha faltado intensidad y ritmo, le han faltado puntos, le ha faltado defensa. Le ha faltado creérselo. El UCAM ha sido mejor de principio a fin y así lo refleja el marcador. El equipo de Fisac no ha podido mantener el ritmo ni el elevado nivel de juego que había mostrado en las dos primeras jornadas. Y ha llegado la primera derrota.