El plan para volver a la normalidad tras el periodo de alarma no tendrá en cuenta la realidad de la población en los distintos municipios aragoneses, pues según lo anunciado por el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, el criterio que se seguirá será provincial. Este anuncio se ha visto con algo de decepción por parte de los representantes municipales autonómicos, pues se consideraba que en algunas zonas con baja demografía se iba a poder adelantar el proceso. «Tenemos que respetar las decisiones», destaca el presidente de la Federación Aragonesa de Municipios, Comarcas y Provincias (FAMCP), Luis Zubieta.

Para el también alcalde de Zuera, los próximos días serán fundamentales a la hora de afrontar la nueva situación, pues no se descarta que se modifique el plan anunciado por Sánchez. «Está previsto que se tenga en cuenta la realidad epidemiológicaa la hora de avanzar en las diferentes fases», consideró.

Frente a la cautela que debería regir el periodo de vuelta a la normalidad, desde la FAMCP se muestran rotundos en que el apoyo a los emprendedores y residentes en el medio rural debe de ser fundamental. «No podemos olvidar que son las personas que contribuyen a fijar la población», destaca Zubieta. Esto implica fomentar que se reactiva la actividad económica en las mismas condiciones que antes del confinamiento, para evitar que vuelvan a ser los territorios más perjudicados.

Zubieta, que confía en que en las próximas semanas se pueda tener en cuenta la «singularidad territorial de Aragón», celebra en todo caso que la evolución de los contagios permita intuir una vuelta a la normalidad a finales de junio.

El alcalde de Calatayud, José Manuel Aranda, se mostró mucho más crítico con la desescalada anunciada por el presidente del Gobierno de España. En su opinión el proceso supone «un salto al vacío» al entender que no existen los suficientes datos sobre contagios en la población. «No se descarta que se produzcan muchas modificaciones», manifestó.

El popular también considera que la realidad de los pueblos de menor tamaño se tendría que tener en cuenta a la hora de permitir una salida ordenada, aunque sin olvidar que no se tiene clara la situación real. «La falta de datos nos obliga a engañarnos a nosotros mismos», critica, al entender que no se ha gestionado correctamente el reparto de test rápidos entre la población.

El regidor de Monzón, Isaac Claver (PP), se suma al lamento por la falta de atención a la realidad territorial. «Son los ayuntamientos las administraciones que conocen las realidades sociales, por eso se nos tendría que haber consultado», incidió.

En Cariñena reconocen las dificultades de legislar hasta el detalle en las zonas menos pobladas, aunque insisten que atender las necesidades de los municipios de menos de 5.000 habitantes hubiera sido positivo. «No pueden olvidar que las realidades son distintas a las grandes ciudades» manifestó su alcalde, Sergio Ortiz.

«Este no es el plan de Aragón ni el que se ajusta a la realidad aragonesa». Así de rotundos se mostraron en el Ejectuvo autonómico a la hora de valorar el plan de desescalada anunciado por Pedro Sánchez. «No atiende a la especificidad del medio rural, pero es el Gobierno el que toma las decisiones sobre la recuperación de la normalidad. Y, por lealtad institucional, nosotros colaboraremos con el Gobierno en su aplicación», reconocieron.

El Gobierno de Aragón había planteado, a través de su comisionado para la despoblación, Javier Allué, una propuesta propia diseñada fundamentalmente para permitir que la población saliera primero en los municipios de menos de 5.000 habitantes, que en Aragón representan el 95% del total. «La incidencia se acumula en espacios urbanos», destacaron.