Durante las primeras cinco horas sólo se quejó de dolor en las manos y el rostro debido al frío. Pero a partir de ese momento, cuando la temperatura en la zona central del lago Ness, en Escocia, bajó a seis grados, David Meca empezó a sufrir los primeros efectos de la hipotermia: confusión, falta de coordinación y somnolencia. Había recorrido 27,5 kilómetros y todavía le faltaban otros 10 hasta la meta. Pero él se negaba a abandonar después de haber rebasado la zona más difícil, la del Castillo de Urquhart. Meca no era consciente, debido al estado de confusión en el que se encontraba, de la gravedad de su situación.

Fue entonces cuando la organización reaccionó. Le indicaron, aprovechando la desorientación del nadador por culpa de la hipotermia, un punto en el que supuestamente se encontraba la meta. Meca fue hasta él y, cuando llegó a la orilla, se le obligó a salir del agua. La reacción del nadador, que en un principio creía haber completado con éxito la prueba, fue terrible. Arremetió contra los organizadores, a los que acusó de haberle engañado, y contra los propios miembros de su equipo. Pero en aquellos momentos no era Meca quien hablaba. Su temperatura corporal había descendido peligrosamente y presentaba dificultades en el razonamiento.

Repetirá el reto

Luego, una vez recuperado, Meca se disculpó: "Siento mucho mi reacción inicial hacia ellos. Ahora sé que he vivido momentos de verdadero peligro, pues me han explicado que uno de los síntomas de la hipotermia es la falta de reflejos y la confusión mental. Por eso, yo insistía en seguir".

El nadador, que había engordado seis kilos para esta prueba, lo intentará de nuevo en el futuro porque es el primer reto que se le resiste. Y lo hará pese a que los lugareños le han advertido de la peligrosidad del monstruo: "Dicen que tiene tres jorobas, mide 34 metros y nada muy rápido". Por eso, por si acaso, volverá a nadar con gafas oscuras: "Me dan mucho miedo las aguas abiertas. Veía sombras inmensas pasar por debajo de mí, pero es imposible saber si existe algo ahí abajo". Ahora toca recuperarse. El reto Península-Baleares espera.