El Real Zaragoza estuvo a un segundo de quedarse casi sin munición para la batalla final en la gran guerra por la salvación, cada vez más parecida por la crudeza del escenario al frente de Stalingrado. Con el empate se habría quedado con 40 puntos, es decir con una pistola de madera frente a ejércitos a la desesperada, pero el agónico triunfo en el minuto 92 gracias a un gol de Alvaro lo sitúa a una victoria de la permanencia matemática. Fueron balas de plata. Si a los 42 puntos que tiene ahora suma tres más en las dos últimas jornadas, se hará inaccesible para Valladolid y para Celta. Ese es el camino más corto sin detenerse a la contemplación del fallo ajeno, aunque para conseguirlo deberá ganar al Atlético en el Vicente Calderón el próximo sábado o al Barcelona en La Romareda en el encuentro que despide la Liga.

La lucha por la supervivencia deparó ayer una jornada que demuestra que nadie va a aflojar en la recta final. Ninguno de los últimos ocho equipos del campeonato perdió en un fin de semana delirante. El Real Zaragoza puede felicitarse por haber seguido esa tendencia. De lo contrario, hoy lunes estaría con un pie en Segunda. El Mallorca y el Celta ganaron al Madrid y al Bar§a, respectivamente. El Albacete empató en Bilbao, el Espanyol se deshizo del Deportivo, el Racing remontó dos veces ante el Atlético para aferrarse a la igualada, y el Valladolid y la Real protagonizaron un duelo terrible en Zorrilla para repartirse el botín. Seis clubs en cuatro puntos, con el Celta a las puertas del infierno.

El conjunto de Víctor Muñoz depende de sí mismo, a estas horas una noticia feliz. No lo es tanto la envergadura de sus rivales, un Atlético en zona UEFA y un Bar§a que podría llegar a Zaragoza a por el subcampeonato con los beneficios que ello supone en la Liga de Campeones, evitando la ronda preliminar. Su situación, pese a todo, es inmejorable. Es bastante probable que no tenga que realizar tanto esfuerzo para continuar en la élite ya que con un punto más forzaría al Celta, referencia fronteriza para todos, a sacar adelante sus dos compromisos. La sospecha de que el Deportivo no se emplee a fondo en el derbi gallego y que el Mallorca vaya a Balaídos al ralentí, aconseja mucha prudencia y todo el esfuerzo posible.

El Espanyol, fuerte y convincente, tiene un calendario que le sonríe de oreja a oreja, no así el Racing ni el Valladolid. No obstante, en este conflicto sin tregua es mejor no bajar las armas. El Real Zaragoza está aún en guerra.