Con poco fútbol, la cabeza puesta en otro sitio y mucha espesura, el Barcelona solventó con mucho sufrimiento su partido ante el colista, el Betis, que dominó durante buena parte de la segunda mitad, pero cayó por 3-1, un resultado excesivo para los méritos de los azulgranas. Anotó Messi dos goles, uno de ellos de penalti, pero el argentino no estuvo nada lúcido. El protagonista negativo fue Jordi Figueras, que cometió penalti sobre Alexis y después se marcó un gol en propia puerta.

Al Barça se le vio con ganas de que acabara el partido antes de empezar. Jugó poco, no dio nunca la sensación de tener controlada la situación y sufrió en exceso. Fue Alexis el que revolucionó el partido por la derecha. Antes del cuarto de hora se regateó a cuatro rivales y hasta su sombra y en esas Jordi Figueras no acertó a despejar y derribó al chileno. Messi transformó el penalti. Poco a poco, el Betis fue creyendo en la posibilidad, pero el 2-0 llegó tras un gol en propia puerta de Figueras (m.67).

Rubén Castro aprovechó un desbarajuste para descontar (2-1) y el murmullo del Camp Nou fue en aumento. N'Diaye no concretó en el 84 y, en la siguiente acción, Neymar forzó otro penalti por mano de Juanfran. La pena máxima la tiro Messi, falló, pero remachó el despeje de Adán.