El Barcelona, tras dos empates en la Liga, se reencontró con la victoria ante un Valladolid sin pegada (1-0), en un partido gris en el que el líder de la competición no disipó las dudas a pocos días de disputar la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones contra el Olympique de Lyon. Un gol de penalti en el primer tiempo de Lionel Messi, que en el 85 desaprovechó otra pena máxima, solventó la papeleta para el equipo azulgrana, que en el segundo tiempo echó de menos su puntería habitual para sumar un resultado más abultado.

Un día después de firmar la renovación, apostó Ernesto Valverde por un equipo híbrido. Descansaron Rakitic y Luis Suárez y confió en Kevin-Prince Boateng para que asumiera el rol de delantero centro que habitualmente ocupa el uruguayo. Su apuesta no acabó de cuajar. Jugaba Messi, también Dembélé, pero en el primer tiempo el Barça se pareció al de hace una semana en San Mamés.

Sin fluidez en la medular, con Vidal y Aleñá muy imprecisos, los locales apenas asustaron a Masip en el primer tiempo. El exportero azulgrana fue casi un espectador más en los primeros 45 minutos. La línea de cinco defensas que planteó Sergio González incomodó al Barça. El Valladolid no generó mucho peligro a Ter Stegen, pero frenaba el poco desequilibrio azulgrana. Messi adelantó al Barcelona con un penalti cometido sobre Piqué al borde del descanso.

En la reanudación, el Valladolid no se amilanó y dio un paso adelante en busca del empate. Valiente apuesta la de Sergio González que, a punto, estuvo de tener premio con alguna transición rápida ejecutada sin contundencia. Pero el juego del Barça mejoró algo. Masip evitó el segundo tanto azulgrana tanto en alguna acción de partido y, sobre todo, al detener otro penalti que lanzó Messi en el minuto 85.