Una de las estrellas del montañismo español dejó el testigo de la dirección del Grupo de Tecnificación de Alpinismo en Aragón a una de las mayores promesas. La figura es Manu Córdova y su discípulo el altoaragonés Alejandro Bada. Este alpinista del valle de Benasque ya se ha puesto manos a la obra puesto que están a punto de comenzar las pruebas de selección del nuevo grupo de jóvenes montañeros en el valle de Benasque los días 18, 19 y 20 de enero. «Haremos una prueba de esquí de montaña, otra de escalada en hielo, aunque dudo mucho que se pueda hacer y otra de escalada de autoprotección y deportiva», indica Bada. Hay una veintena de inscritos.

Alejandro Bada, que pertenece a la AD Llanos del Hospital de Benasque, fue un alumno de Manu Córdova en el GTAA. «Estuve dos años con él y me fue bastante bien. No pudimos apenas hacer escalada en hielo porque apenas había. Tan solo en el primer ciclo en Bielsa y el año siguiente fuimos a Gavarnie, pero no se pudo hacer nada. Fuimos bastantes veces a Riglos, Ordesa y este verano mis compañeros fueron a los Alpes», indica Bada. Los últimos cuatro meses el grupo hizo menos actividad. «Manu se hizo daño en la espalda escalando. Aunque estuvimos en un Intercentros en Amitges, en el Parque Nacional de Aigües Tortes y a mediados de diciembre otro en Cerler, donde se impartieron unas clases de técnica de esquí», dice.

Bada ha aprendido mucho de la experiencia alpinística de otro joven como Córdova. «Tiene mucho entusiasmo y mucha experiencia en montaña. Nunca habrá un director que esté al nivel de Manu. Para mí es de los mejores alpinistas que ha habido en España. Ha hecho cosas chulas en Grandes Jorasses, Patagonia y ahora está presidente del GAME», dice.

En su generación, también formaron parte del GTAA Álvaro Lafuente, Rubén Sanmartín y Nieves Gil. Estos dos últimos ahora están en el Equipo Nacional de Alpinismo». Bada quiere continuar las líneas maestras trazadas por Manu Córdova. «El principal objetivo con los deportistas es formarlos estos dos años para que después se puedan presentar a las pruebas del Centro de Tecnificación Nacional de Alpinismo con opciones de entrar. Es importante que sean autónomos a la hora de salir a la montaña y la mayoría ya lo son». El cupo máximo de deportistas es de diez. «Pero pueden ser menos. De los veinte inscritos hay tres chicas», dice.

Bada ya tiene programadas todas las salidas de este año. «Pero están sujetas a cambios. En julio hay un Intercentros en Courmayeur. La mayoría de las salidas serán de escalada en roca, porque las condiciones invernales cada vez son peores. Queríamos ir a Bielsa o al refugio de Pineta».

Alejandro Bada nació en la pequeña localidad de Chía hace 26 años. «Es un pueblo pequeño bastante tranquilo y cómodo para vivir. No suele hacer viento, mientras en Benasque hace mucho aire cuando entra la borrasca desde el norte. Tenemos sol en invierno desde las nueve de la mañana a las cuatro de la tarde». Lleva escalando toda la vida y haciendo montaña desde pequeño. «Empecé a trepar a los 14 años con un curso de iniciación de escalada en Benasque. Me apuntó mi padre, me gustó y el año siguiente lo repetí. Desde entonces no he dejado prácticamente de escalar. Me gusta todo tipo de actividad montañera», explica. Sus padres siempre han hecho montaña. «Siempre se me inculcó este deporte desde pequeño», explica. Trabaja en la empresa Prames en equipamientos y formación.

Bada ha realizado numerosos viajes por todo el mundo. «He estado en las paredes marroquís de Taghia, en China y el año pasado estuve en las Tres Cimas de Lavaredo en Dolomitas y en Verdon. En febrero me voy a Canmore, en las Montañas Rocosas, con Manu Córdova y Javi Bueno. Hay cascadas de 20 o 30 metros a lado de la carretera o vías de 700 metros de terreno mixto. Los montes clásicos de los Alpes no me atraen y menos desde que han puesto cupos para entrar». Reconoce que para escalar en la redolada lo que «más me gusta es el Turbón».