Llega el mes de agosto y con él las campañas de exploración espeleológica en el Pirineo aragonés. Hasta el verano los especialistas no pueden explorar las cavidades puesto que su entrada se encuentra invadida por la nieve. El Centro de Espeleología de Aragón (CEA) trabajará desde hoy y durante diez días en el sistema de Lecherines, ubicado en la macizo del Aspe y en la Sierra de Secús (Bisaurin). Pero los diferentes grupos nacionales se repartirán por el Sistema Otal-Arañonera, la Peña Telera, la Peña del Mediodía, Escuain, el sistema del Alba, Cotiella, Collarada y el macizo de los Tres Reyes.

El CEA no detiene sus exploraciones en invierno y su actividad se centra en las partes bajas de las cavidades. "Atacamos la zona de drenaje, las partes bajas del macizo", explica Mario Gisbert, el responsable del CEA. También se llevan a cabo los papeleos puesto que el grupo necesita la autorización del Gobierno de Aragón al estar ubicados Secús y Lecherines en el Parque Natural de los Valles Occidentales.

La exploración de agosto hay que prepararla con tiempo de manera concienzuda. Parte esencial es transportar los 800 kilos de comida y material hasta la parte alta donde se encuentran las entradas a las cuevas. Especialmente laborioso es el porteo a la Sierra de Secús. El CEA ha realizado tres porteos durante el mes de julio. "El campamento de Secús está a 2.200 metros y se llega tras cuatro horas de camino. El coche se deja en Gabardito y hay 900 metros de desnivel hasta el campamento. Primero se sube por un sendero y después entre lapiaces y praderas", explica Gisbert.

En el primer y segundo porteos se transportaron material logístico, de intendencia y topográfico (gps y medidores láser). "También se llevaron las carpas, tiendas de campaña, sillas, el material de cocina (hornillos, gas), anclajes, cuerdas y taladros". El tercer porteo se realizó el pasado fin de semana. "Transportamos legumbres, carnes adobadas, pastas, arroz, guisantes, fuet, chorizo, barritas energéticas, leche en polvo, panceta, queso, jamón, frutos secos, bacon, salchichas....".

Las tormentas

El campamento de Secús está ubicado en una planicie y la comida se introduce en bidones que se depositan en un nevero próximo para su mejor conservación. "Esperemos acertar con las fechas y que haga buen tiempo. Si llega la tormenta, no hay nada para guarecerse. El año pasado varias tiendas se rompieron por el viento", recuerda Gisbert. Las dos campañas estarán compuestas por 20 espeleólogos. Tanto en Secús como en Lecherines se unen a la exploración el Servicio de Montaña de la Guardia Civil de Jaca y la Unidad Militar del Ejército. "La campaña coincide con una excavación paleontólogica de la Universidad de Zaragoza. En Secús se encontraron restos de oso cavernario y en Lecherines de cabra pirenaica y de oso pardo", explica Gisbert.

El acceso a Lecherines es más sencillo que a Secús. "El campamento se ubica en el refugio López Huici. Hay una pista que llega hasta los 2.100 metros donde está el edificio. A primeros de julio ya se hicieron incursiones hasta los -500 metros para llevar material y revisar las cuerdas".

El CEA lleva cinco años trabajando en la zona de absorción. "Arriba está a 2.200 metros y abajo a 1.100 metros. Por abajo remontamos un río subterráneo cerca de la Selva de Oza. Es una franja caliza muy antigua del Cretácico Superior de 250 metros", apunta Gisbert. El CEA lleva desde el año 1987 explorando el sistema de Lecherines. "Hemos llegado a los 1009 metros de desnivel y ahora llevamos 17 kilómetros de desarrollo. Intentamos enlazar la captación de aguas y la zona de drenaje en Villanúa", concluye Gisbert.