Fue un domingo para el recuerdo. El éxito fue total en Pastriz, una localidad cercana a Zaragoza de mil habitantes. Un total de 1.611 amantes de la diversión finalizaron la Eternal Running, una de las pruebas del circuito mundial de carreras de obstáculos. Con un calor sofocante, desde el punto de la mañana fueron llegando participantes desde todos los puntos de España. La mayor parte eran jóvenes. No competían niños y era raro ver corredores de más de 50 años. El denominador común era el buen rollito. Todo eran sonrisas, gritos de ánimos, abrazos, besos, gente desinhibida que olvidaba los malos tragos de la semana.

La peculiaridad es que muchos de los participantes iban disfrazados. Los había verdaderamente ingeniosos. Desde supermanes, pasando por pitufos, picapiedras, vacas, chinos, bailarinas, conejitas, futbolistas, jugadores de la NBA... Las once de la mañana era la hora convenida para que la marabunta comenzara la carrera. Con diez minutos de retraso el animador dio la salida. El pelotón levantaba tanto polvo como una manada de bisontes. A todos estos divertidos competidores les esperaban 60 obstáculos repartidos en diez kilómetros. Un esfuerzo lúdico y agonístico a la vez. Un recorrido ideal para gente preparada para carreras de este pelaje como policías, bomberos, soldados... Pero el pelotón fue a pasárselo bien.

La carrera de Pastriz estaba incluida en el circuito mundial compuesto por 36 carreras de las que 27 se disputan en España. Hay pruebas en lugares como Águilas, La Roca, Covarrubias, Calafell, Quintanar del Rey, Cazorla, San Lucar la Mayor, Madrid, Almadén o carreras internacionales como Chicago, Brisbane, Faro... El circuito lo organiza la empresa barcelonesa Thunar y sus patrocinadores más importantes son Fisherman's Friend y Red Bull.

Todos los corredores partieron teniendo muy presente el lema de la carrera: "No me detengo. No me lamento. No miro atrás. ¡Soy invencible!". Muy pronto tuvieron que pasar una zona trialera con piedras grandes. Desde el principio se escapó del pelotón Lluis Barbe, el líder del circuito mundial. Después llegaron las dificultades más serias, una balsa de barro que empalmaba con una montaña de pacas de paja. Los espectadores alucinaban con el insólito espectáculo y los corredores de cabeza se concentraban en su esfuerzo.

El final

Después llegó un largo tramo más llano con el paso por el núcleo de Pastriz, una acequia y una zona de barro. En los diez minutos finales se acumularon los problemas para los corredores. Afrontaban una cadena de montañas y zanjas, escalaban un camión con pacas y se arrastraban por debajo de una agobiante lona. Después llegaba la alambrada, una de las dificultades que más encanto tenía para los corredores. Después subían hasta un tobogán para caer a una balsa y subir otro montículo.

Nadaban por una piscina de espuma, y en el esfuerzo final, saltaban una decena de pequeñas vallitas. Tras superar un hinchable gigante, llegaban a la meta. Al ganador, Lluis Barbe, le costó llegar 41.18 minutos y le sacó a Álex de León, el segundo, dos. En mujeres venció la militar Lorena González con 54.50 a Beatriz Lalaguna. Todos llegaron rotos, pero contentos de haber acabado la carrera de los invencibles.