La gimnasia rítmica en Aragón está de dulce. La comunidad lleva tiempo siendo un referente en una disciplina en la que solo el futuro brilla más que un presente envuelto en oro. Como el conquistado el pasado verano por Carla Littardi y Alexandra Orac, que se proclamaron campeonas de España júnior en el evento celebrado en Zaragoza en representación del Club Escuela GR Zaragoza A, que cuenta con otras figuras destacadas como Alba Sáiz o Laura Martínez, entre otras. El futuro es suyo. La gloria, también.

«La verdad es que aún no tengo palabras para describir lo que se siente. Ninguna de las dos nos lo creíamos. Yo salí tranquila, centrada en disfrutar y sin pensar en cómo lo habían hecho las demás», recuerda Alexandra, que conquistó el primer puesto con la pelota, su baza favorita. «Es la más estética y fácil de manejar. Con ella se pueden hacer cosas realmente chulas», asegura esta aragonesa de 15 años.

Tampoco Carla esperaba semejante resultado. En su caso, se desempeñó con la cuerda y la cinta, «lo que mejor se me da». Todo salió como habían soñado. «Era un objetivo muy difícil y conseguirlo nos causó mucha emoción. Había gente muy buena pero lo hicimos perfecto», asegura esta zaragozana de 15 años que, desde julio, milita en el club Mabel de Benicarló, lo que le obligó a salir de casa y a separarse de su familia. «Quería seguir creciendo como gimnasta y mejorar. Está siendo una gran experiencia, aunque echo mucho de menos mi casa y mi familia. Fue una decisión dura, pero me hacía mucha ilusión y las ganas lo han hecho todo más fácil. Tengo claro que elegí bien. Todo está marchando de maravilla».

Carla empezó a hacer gimnasia a los tres años. A los seis, su entrenadora le propuso pasar a un club autonómico, Miralbueno, donde permaneció cuatro años hasta fichar por la Escuela.

El idilio de Alexandra con la gimnasia comenzó a través de la televisión. «Estaba en Infantil, probé, me enganchó y empecé a subir de categoría hasta llegar al Escuela, donde llevo desde 1º de Primaria». Desde entonces, los éxitos se han sucedido en los Nacionales. Ahora toca defender el título a finales de noviembre, también en la capital aragonesa. Aunque el verdadero desafío es seguir compaginando la gimnasia con su vida. «Es muy sacrificado. Hay que entrenar muchas horas y estar muy concentrada para un ejercicio de dos minutos y medio», expone Alexandra, que desarrolla un programa de tecnificación en el IES Goya que le obliga a entrenar entre 20 y 25 horas semanales. El fin de semana, además, suele estar copado por competiciones o más entrenamientos con su club o la federación. «Llevo cuatro años así y sé cómo manejar los horarios, aunque echo de menos salir con los amigos. Además, tienen flexibilidad con nosotros a la hora de fijar exámenes, que no pueden ser en lunes porque en fin de semana no podemos repasar. La clase está llena de deportistas».

Tanto ella como Carla, que cursa 4º de la ESO y que también recibe «mucha ayuda» de los profesores, tienen claro que «con la gimnasia es difícil ganarse la vida», algo común en todo el país. Pero siguen soñando con alcanzar la primera categoría de individuales absolutos o, por qué no, participar en unos Juegos Olímpicos. «Debes renunciar a tener tiempo para ti. Llega a ser muy duro tanto física como psicológicamente y tienes que ser muy fuerte para aguantar en la élite», subraya Carla. Por eso, el objetivo es continuar «hasta donde lleguemos», asegura Alexandra sin ir más allá de un presente espectacular y un porvenir prometedor por delante.

Mientras, ambas seguirán luchando por mantener a Aragón «en el podio de las mejores de España en gimnasia». Chicas de raza. Chicas de oro.