No ha aprendido Ousmane Dembélé. No ha aprendido nada. Y eso que estaba más que avisado. En apenas un mes, el delantero francés ha cometido dos graves actos de indisciplina que no solo comprometen su imagen sino también su posición, cada vez más débil, en el interior del vestuario. Coincidiendo, además, con su excelente rendimiento deportivo, avalado por su salvador gol en el Metropolitano que le dio el empate al Barça (1-1) y su buena actuación en el derbi (firmó el 0-2 y asistió el 0-3 a Suárez). Pero continúa sin aprender y volvió a llegar tarde a un entrenamiento, como informó ayer RAC-1 y ‘Mundo Deportivo’.

No es la primera vez que Dembélé se equivoca gravemente. Al menos, en esta ocasión sí que se presentó en la ciudad deportiva de Sant Joan Despí, aunque lo hiciera con dos horas de retraso sobre el inicio del entrenamiento, fijado para las 11 de la mañana. Tres horas, por lo tanto, si se incluye el tiempo en el que cada jugador debe estar en el vestuario antes de empezar la sesión. Cuando llegó el delantero francés ya había acabado el trabajo, que había sido suave para los titulares en el derbi, entre ellos él.

Estaban todos, menos Ousmane, quien alegó que se había dormido despistándose de tal manera que se perdió el entrenamiento. Al menos, sí fue a la ciudad deportiva, algo que no hizo el pasado mes de noviembre cuando el club no logró localizarlo, generando tanta indignación que Valverde lo envió a la grada en el choque ante el Betis.

Ni se puso las botas. Salió a trabajar con zapatillas deportivas después de haberse disculpado en el vestuario, alegando que se había despistado. El primer despiste le costó caro. Ver la derrota ante el Betis desde la grada tras ser recriminado públicamente por varios de sus compañeros. «Debe enfocarse un poco más y ser responsable en algunos aspectos porque los jugadores de fútbol somos unos privilegiados», le recordó Luis Suárez. «Tenemos que ayudar a Dembélé para que sepa que el fútbol son 24 horas», le indicó Piqué.

Completó el galo un gran partido ante el Espanyol, firmando el 0-2 tras una gran jugada personal de Messi y asistiendo a Luis Suárez en el 0-3. Valverde, además, había apostado por él dejando a Coutinho en el banquillo. Dembélé respondió muy bien en el campo, pero luego volvió a meterse en otro lío. Falta saber la decisión de Valverde para este acto indisciplinario. En la primera lo envió a la grada; hoy se sabrá si lo convoca para el duelo europeo con el Tottenham.