Cuando dos personas no se entienden, a largo plazo llegan los problemas. Esto es lo que han querido evitar Néstor Pérez y Javier Garcés, que el jueves por la noche comunicaron que no continuarían en la Sociedad Deportiva Ejea, que dimitían. Eran dos de las piezas que estaban aseguradas para el proyecto del equipo de cara a la temporada 20-21.

Ambos eran conocidos. El primero ocupó el puesto en el banquillo en enero para sustituir a Javi Suárez, pero esta temporada su papel se iba a limitar a los despachos, en los que ejercería de director deportivo. Para guiar al equipo en Segunda División B, por otro lado, ya había encontrado otro entrenador, Javier Garcés, que se incorporó hace apenas tres semanas y ya había estado como interino. «Generé un compromiso personal, pero no había firmado ningún documento que me atase al club. Eché para atrás un acuerdo de palabra», explica el técnico.

No era el único comprometido, Néstor Pérez también lo estaba, ya que afirma que el presidente le comunicó al finalizar el curso que «quería que continuase en la dirección deportiva para esta temporada» y, en un principio, él aceptó. A finales de julio «entraron nuevos gestores en el club (con Luis Oliver a la cabeza) que también parecía que iban a dar continuidad al proyecto», explica Pérez, por lo que el verano se antojaba como cualquier otro para la SD Ejea, «pero con el paso de los días hubo diferencias en el concepto de dirección deportiva», añade.

Javier Garcés concreta la situación: «Había una reunión de todos que, por la pandemia, tuvimos que ir aplazando y finalmente este martes pudimos hacer. En ella todos expusimos nuestras ideas y fue entonces cuando encontramos las diferencias». ¿Qué es un director deportivo? Precisamente en la respuesta a esta pregunta están también estas desavenencias. Explica Néstor Pérez que para él un director deportivo es «el máximo responsable de realizar los fichajes, pero los nuevos gestores creen que son ellos mismos quienes tienen que efectuarlos».

En este sentido, cabe preguntarse cómo se efectuó el fichaje de Miguel Linares, exdelantero del Real Zaragoza, que fue anunciado el propio jueves, poco antes de que se conociesen las dimisiones del técnico y el directo deportivo. «Sabíamos la probabilidad de la llegada de Linares, que habría sido la piedra angular de nuestro proyecto», relata Garcés. «Estábamos de acuerdo con este fichaje y nosotros queríamos más participación de jugadores aragoneses», continúa.

En cuanto a los avances en la plantilla de esta temporada 20-21, ambos coinciden en que todavía no estaban demasiado perfilados, aunque Garcés puntualiza que tenían «clara» la línea, y Néstor Pérez añade que ya contaban con «algunos futbolistas pero sin firmar, sobre todo aragoneses», y que esperaban «a la llegada de los nuevos gestores para concretarlos».

El técnico, al hablar sobre su futuro, aclara que tuvo «otras opciones antes de acordar el puesto con el Ejea», pero se decantó por el equipo de Segunda División B porque estuvo «doce partidos de forma interina y tenía muchas ganas e ilusión», por lo que lamenta «haber tenido que tomar esta decisión» y la justifica en que «cuando no te entiendes las cosas acaban mal a largo plazo». De todas maneras, en el entrenador «no hay resentimiento» y le desea al que pudo ser su equipo «que llegue muy lejos».