Familiares, amigos, la plantilla en pleno del Benfica, los técnicos, la directiva, miembros de los Gobiernos de Hungría y Portugal, dirigentes de ambas federaciones y decenas de aficionados acompañaron hasta el cementerio de Gyor, en Hungría, los restos mortales de Miklos Feher, fallecido el pasado domingo durante el encuentro que enfrentó a su equipo con el Vitoria de Guimaraes.

El cuerpo de Feher llegó a Hungría en un avión fletado por el Benfica, en el que viajaron también todos sus compañeros, su madre, su novia y la madre de ésta. Al sepelio también acudió Lothar Matthäus, actual seleccionador húngaro y, lógicamente, José Antonio Camacho, técnico del Benfica, que viajó con el resto de su plantilla desde Lisboa.

Luis Filipe Vieira, presidente del Benfica, muy afectado, anunció en Hungría que medita dejar el cargo. "Me he dado cuenta de que hay valores más importantes en la vida que un balón", afirmó. El club, igualmente conmocionado por lo sucedido, decidió aplazar su próximo partido frente al Academia Coimbra hasta el 3 de febrero.

El fallecimiento de Feher ha coincidido con el anuncio efectuado en Croacia por Dejan Racunica, estrella del Hajduk Split, de que debe dejar la práctica del fútbol profesional debido a la alta probabilidad de sufrir un infarto. El jugador, de 34 años, se sometió a minuciosos exámenes médicos en Alemania que sólo sirvieron para confirmar el diagnóstico que le dieron en su país sobre su grave dolencia cardiaca. "Nuestras hijas y yo no queríamos que siguiera jugando al fútbol", declaró ayer Natalia, la esposa de Racunica.

OTRO FALLECIMIENTO EN SUECIA El martes, en Suecia, falleció de forma repentina un jugador aficionado de cuarta división durante un entrenamiento, al parecer, debido al síndrome de la muerte súbita, que también ha podido ser la causa de la muerte de Feher, aunque todavía no se ha esclarecido la razón exacta. El presidente luso envió una carta de pésame a su homólogo rumano.