En otros estadios es habitual, casi corriente, utilizar los palcos para ceremonias como la de ayer. No se había visto antes en Zaragoza, donde se utilizó el mejor marco para poner voz al homenaje a Cáceres. Fue un acto sencillo y directo, pero el escenario le dio un tono atractivo que, desde luego, no hay forma de crear en la sala de prensa o en las oficinas del club. Todos los protagonistas hablaron con La Romareda a su espalda, aprovechando una estructura que se había levantado en las primeras filas de la platea zaragocista, e incluso se aprovechó el acceso directo al campo para hacer fotos sobre el césped, donde dio gusto ver conversar a Víctor Fernández, el entrenador de la Recopa, y Paco Herrera, el actual técnico. Sin malos rollos, serenos y espontáneos, con la normalidad que falta tantas veces. Por ahí, en cuanto a naturalidad, falta aún algo de cintura. Pero está bien, la disposición mejora y se van suavizando crispaciones, esas tensiones que eran norma común en cada acto zaragocista. A algunos, todo sea dicho, todavía les queda vinagre dentro.

A la presentación acudieron excompañeros de Fernando Cáceres como Cedrún, Belsué, Aragón, García Sanjuán y Loreto. Y otros como Cuartero y Moisés, que coincidieron con el central sobre el campo y hoy son miembros del club. De la primera plantilla, además, acudieron Pagliualunga, Acevedo y Luis García.

En la representación política estuvieron Félix Brocate, director general del Deporte de la DGA y Roberto Fernández, concejal de Deportes del Ayuntamiento de Zaragoza. Tampoco faltaron los patrocinadores. Una larga lista: Jena, Alejandro, Halcón Viajes, Confortel Romareda, Renfe, Mercury, Coca-Cola, Zaforsa, Cores y Marpy, entre otros.