Iban Espadas se pasó por la Ciudad Deportiva para despedirse de sus excompañeros poco antes de poner rumbo a Cádiz, adonde llegó anoche y hoy será presentado por el conjunto gaditano, que ha obtenido su cesión hasta final de temporada. Esperó hasta que finalizara la sesión de los titulares, más corta que la del resto del grupo, para repartir abrazos y saludos, antes de emprender su nueva aventura en un equipo que aspira a alcanzar el ascenso.

"Me voy con una sensación agria, porque no he podido ayudar al equipo. No he tenido oportunidades ni muchos minutos, pero la ilsuión es poder tenerlos ahora en el Cádiz y por eso me marcho", aseguró Espadas, que deja un número 17 que ahora vestirá Dani, el futbolista que ha venido a ocupar su puesto en la delantera zaragocista.

Se resistió a cambiar de aires, pero la evidencia, sólo un partido titular (Mestalla) en 22 jornadas y un total de 125 minutos, le hizo cambiar de opinión, a lo que también le ayudó el club, que le aconsejó su salida en el mercado invernal: "Me dijeron que iba a tener muy pocas posibilidades. Al saber seguro eso lo mejor es cambiar de aires y el Cádiz es una buena opción".

DESEOS DE REGRESAR De todas formas, el ariete vasco espera que la próxima temporada, una vez finalizada su cesión al Cádiz, su suerte cambie y pueda saborear las mieles del éxito de nuevo en el Zaragoza, ya lo hizo en el año del ascenso, pero esta vez en la élite: "Es un billete de ida y vuelta. Mi ilusión es triunfar aquí, porque lo que este club me ha dado no lo he obtenido en ningún otro sitio. Tengo una espina clavada para devolver lo que he conseguido aquí", concluyó.