El extécnico del Once Caldas, Luis Fernando Montoya, herido en un atraco frente a su casa, continúa en estado crítico. "Su situación es irreversible. El pronóstico es reservado y la lesión medular implica la parálisis de las cuatro extremidades", dijo el doctor Ignacio González, quien explicó que la lesión "afectó a músculos de la respiración", por lo que el entrenador depende de un ventilador para poder oxigenar sus tejidos. Si se recupera, quedará tetrapléjico.

Montoya recibió dos disparos, uno en el cuello y otro en el tórax, de unos asaltantes cuando intentaba defender a su esposa en la puerta de su casa. Los delincuentes vieron cómo la mujer sacaba 3.000 dólares del banco y la persiguieron hasta su domicilio para atracarla. El técnico fue trasladado a un centro médico de Caldas y, después, a la clínica Las Américas de Medellín, donde fue intervenido durante tres horas.

Según el parte médico, una de las dos balas que alcanzó a Montoya se alojó cerca de las vértebras cervicales, por lo que el estado de salud de este licenciado en Educación Física de 47 años aún "es crítico y su pronóstico neurológico es malo".

La familia de Montoya, destrozada, pidió orar por la salud del entrenador, que se debate entre la vida y la muerte. "Estamos destrozados, pero muy pegados a Dios, que tiene un mar de misericordia y estoy segura de que la va a derramar sobre Luis Fernando para que se pueda recuperar", dijo ayer la esposa, quien afirmó que el dinero era para comprar regalos a los niños pobres. "Es una pesadilla. Los médicos nos han dicho que nos preparemos para un tiempo largo, lleno de dificultades", dijo el hermano del técnico.

CUATRO DETENIDOS La rápida reacción policial permitió la detención de cuatro de los presuntos asaltantes que persiguieron a la esposa de Montoya, Adriana Herrera. Los arrestados son dos hombres y dos mujeres. Según portavoces de la policía colombiana, las dos mujeres siguieron a la esposa del técnico, tras salir del cajero, y alertaron a los otros dos compinches para llevar a cabo el atraco.

El suceso ha causado una gran indignación en Colombia, un país acostumbrado a tragedias de este tipo que todavía se sorprende y se indigna. "No debió pasar. Ese hombre no le hace daño a nadie", comentó el exjugador del Valladolid Valderrama. "Es una lástima que sigan ocurriendo cosas así. Es un síntoma más de la desgregación de la sociedad. Debemos seguir unidos", aseguró Pacho Maturana, exseleccionador de Colombia.

Montoya dirigió al Once Caldas desde el 2003 hasta la final de la Copa Intercontinental, que perdió ante el Oporto en los penaltis. El año pasado, conquistó la Copa Libertadores frente al Boca Juniors.