Pase lo que pase hoy en los comicios a la presidencia del Madrid, el proceso electoral pasará a la historia como uno de los puntos más oscuros del club blanco. La guerra desatada en el voto por correo, que terminó en los juzgados, y las descalificaciones entre los tres candidatos han marcado unas elecciones que Florentino Pérez tiene prácticamente en el bolsillo al haber reunido ya más de 11.000 papeletas por correo.

Los 65.197 socios con derecho a voto están citados en el pabellón Raimundo Saporta desde la nueve de la mañana de hoy hasta las ocho de la tarde. En sus manos está cambiar el rumbo del club o apostar por la continuidad. La gran mayoría ya conoce el deseo de Pérez de que vayan a votar para anular el voto por correo "y acabar así con las sombras que se han cernido en estas elecciones".

IMPUGNAR LOS COMICIOS Eso sucede ante la amenaza de Sanz de impugnar los comicios si el expresidente gana en los votos a distancia, lo que abriría un largo proceso al que Pérez no quiere enfrentarse. El juez observó irregularidades en la captación del voto por parte de Pérez, al que le prohibió seguir recogiéndolo desde el pasado jueves. Ahora, si gana, Pérez ha prometido cambiar los estatutos para que esta situación no se vuelva a repetir.

Para facilitar la presencia masiva de socios se pondrán microbuses desde la puerta cero del Bernabéu y se habilitará el aparcamiento del hospital La Paz para que los socios dejen el coche durante dos horas.

La batalla electoral tampoco tuvo tregua ayer. Ni siquiera hubo jornada de reflexión. Arturo Baldasano aprovechó para denunciar que la primera intención de la Junta de Gestión Electoral, manipulada por Pérez según Sanz y Baldasano, era de la juntar en una misma urna los votos presenciales y los emitidos por correo. Finalmente, la junta dio marcha atrás y decidió poner dos urnas para separar el voto. Cada candidatura tendrá un interventor en cada una de las 40 mesas para esta muy pendiente de dónde se deposita cada papeleta.

LAS INTENCIONES "Me sorprendería perder", dijo ayer Pérez, que insistió en que Sanz "no ha venido a ganar las elecciones, sino a ensuciar el nombre del Madrid". El último presidente llegó a pedir perdón a los socios por la imagen dada durante la campaña. En la misma línea se pronunció ayer Baldasano. "No se puede consentir el espectáculo que se ha dado. El Madrid no se lo merece. Tampoco que haya tenido que intervenir la justicia en el proceso electoral", manifestó el candidato. Sanz, por su parte, se mostró seguro del triunfo y confiado en tener una suerte diferente a la que corrió en las elecciones del 2000.