El Open. Sin más. Así conocen los británicos y los aficionados al golf en general al Open Británico, la cita más prestigiosa del calendario, que regresa a los links escoceses de Carnoustie (10 campos se alternan la organización) para acoger la 147ª edición del torneo desde hoy y hasta el próximo domingo. Es el mismo escenario donde, hace once años, Sergio García estuvo a punto de inscribir su nombre como ganador, para acabar cayendo en un desempate. Es la primera vez que el jugador castellonense regresa a este recorrido y lo hace sin rencor.

Fue una de las muchas oportunidades para consagrarse desaprovechadas por el español antes de conquistar su primer título del Grand Slam en el Masters del 2017 y sacarse de encima una de las cargas más pesadas que arrastraba desde su irrupción, en 1999, como uno de los mayores talentos aparecidos en el golf profesional.

El campeón castellonense siempre ha mostrado predilección por el torneo británico. Por el escenario y la tradición. Por la atmósfera que se genera alrededor de la competición y también por la habilidad que tiene para jugar con fuertes rachas de viento como suelen darse en el Open.

García será uno de los cuatro jugadores españoles en el cuadro final de 156 jugadores junto a Jon Rahm, Rafa Cabrera-Bello y Jorge Campillo, que puede ampliarse hasta el último momento a un quinto, Adrián Otaegui, el primer reserva que entraría en caso de una baja de última hora.