Ya está aquí uno de los momentos más esperados del año. El Casademont Zaragoza vuelve a la Copa del Rey cinco años después y, aunque no lo hace como favorito ni mucho menos, sí se presenta ante su gran oportunidad. Para soñar a lo grande, para recoger el testigo del protagonismo histórico que Zaragoza ha tenido en el torneo, para acercarse a un título. Eso sí, aquí no hay margen de error. Perder significa volver a casa. El primer paso es nada menos que el anfitrión, el Unicaja de Málaga (21.30 horas).

«Estoy aquí para hacer historia con este club», dijo Porfirio Fisac en una de sus comparecencias. Pues la historia ya está llamando a su puerta. Porque nadie dijo que será fácil pero el sorteo dejó un cuadro para soñar. Casademont, Unicaja, Andorra o Tenerife jugarán la final de la Copa, lo que deja un camino más abierto que nunca para los cuatro equipos. Claro que todos pensarán lo mismo y buscarán su momento de gloria.

No obstante, no hay que aventurarse más allá de esta noche. No existen semifinales ni finales que valgan si el equipo aragonés no supera el primer escollo, que no es uno cualquiera. Por tercera vez en sus cuatro participaciones en el torneo le ha tocado el anfitrión, el Unicaja. También es la cuarta vez que el conjunto malagueño organiza la Copa en casa y, en las tres anteriores, se despidió en cuartos de final. La última, en el 2014 precisamente ante el CAI Zaragoza.

LA HISTORIA / Los precedentes sonríen al Casademont, al que además el Unicaja se le da especialmente bien, pero la historia, las estadísticas, no ganan partidos. Y si el conjunto de Porfirio Fisac llega con opciones a la cita no es por lo que pasó hace seis años ni en los últimos diez, sino por su sobresaliente trayectoria este curso. El Casademont ya no es una sorpresa ni una revelación. Lleva trece jornadas viviendo cómodamente instalado en el tercer puesto de la clasificación porque hace muchas cosas bien, porque ha sublimado el concepto de equipo en la mayoría de sus actuaciones, porque ha juntado un grupo de jugadores con hambre y rasmia, además de calidad.

Eso, nada más y nada menos, es lo que tiene que seguir haciendo el Casademont. Ser el Casademont. El equipo que ha llegado hasta aquí, que ha competido en la práctica totalidad de sus partidos. El que ha arrasado a Real Madrid, Barcelona o Baskonia. El que se ha impuesto en Europa. No dejarse llevar por las emociones ni por la presión del momento. Que la sienta el Unicaja, que para eso juega en casa y está obligado a responder por ello. Y que recuerde todas las veces que le ha superado el equipo aragonés, la última esta misma temporada.

El único pero que se le puede poner al club aragonés es llegar a la cita sin un pívot, sin un recambio para Javier Justiz a pesar del largo tiempo que lleva el cubano arrastrando problemas de rodilla. El equipo ha sido igualmente competitivo hasta ahora con Radovic haciendo de cinco, pero es un riesgo. Sobre todo ante la posibilidad de tener que jugar tres partidos en tres días. Pero eso, en todo caso, habrá que pensarlo el sábado.

LAS CLAVES / Los dos contendientes llegan después de una derrota en su último partido de Liga pero la trayectoria del Casademont es mucho más sólida que la de un irregular Unicaja. Además, el equipo de Fisac ha demostrado hasta ahora una importante capacidad para aprender de sus tropiezos y levantarse más fuerte que antes de caer. Lo hizo después de los sopapos que se llevó ante Tenerife y Andorra, que ahora parecen casi de otro tiempo, y deberá hacerlo después de verse superado por el Manresa.

Aunque con resultados diferentes, ambos equipos han mostrado un mismo punto fuerte principal, su defensa. Tanto Casademont como Unicaja son dos de los equipos que menos puntos encajan de toda la Liga Endesa. Los malagueños ocupan la tercera plaza de ese ránking con 77,33 de media y los aragoneses les siguen con 77,67 por partido. Mantener esos números será el primer paso de ambos para intentar llevarse el partido.

En ambos casos también los puntos están por fuera. En el Casademont, tras la llegada de Ennis y, sobre todo, desde la baja de Justiz, la balanza anotadora se ha decantado claramente hacia el perímetro. El canadiense es, precisamente, el máximo anotador del equipo pero también Brussino llega en un gran estado de forma y no hay que subestimar nunca la inmensa calidad de Seeley. Por dentro Radovic se ha quedado como gran referencia ofensiva. En el Unicaja también son sus exteriores quienes llevan la voz cantante en labores de ataque. Josh Adams, Jaime Fernández y Darío Brizuela aparecen como los jugadores más peligrosos, con más puntos y un juego muy vertical hacia la canasta. El Casademont sufre cuando su rival acierta de tres pero, por contra, ha mejorado mucho el porcentaje en esa faceta. Por ahí estarán las claves para que el equipo zaragozano aproveche esta gran oportunidad.