Tyler Hamilton demostró ayer en Almussafes, donde se desarrolló la primera gran contrarreloj de la Vuelta, por qué es el campeón olímpico de la especialidad. El estadounidense del Phonak puso la ronda española al rojo vivo con su victoria, ante la primera cita con la alta montaña, a pesar de la férrea resistencia de los escaladores, en una jornada protagonizada por gregarios y exgregarios del ausente Lance Armstrong, que ocuparon las cuatro primeras plazas de la etapa y la general.

Hamilton fue ayudante de Armstrong en el US Postal, hasta que se independizó. El año próximo tendrá como compañero de equipo en el Phonak a Floyd Landis, el mejor auxiliar de Armstrong en los Alpes, a quien el tejano ha permitido fichar por otra formación, para que se gane mejor la vida y con mayores aspiraciones deportivas. Landis se situó líder de la general, por delante de otros dos corredores del US Postal, Manolo Beltrán y el colombiano Víctor Hugo Peña, segundo y cuarto en la contrarreloj, lo que volvió a servir para demostrar que el seis veces ganador del Tour ficha también a los mejores corredores.

El triunfo de Hamilton, que dedicó la victoria a las víctimas del 11 de septiembre, en el tercer aniversario, no sirvió para poner la clasificación de la prueba patas arriba, ya que los escaladores, sobre todo Mancebo, en la mejor contrarreloj de su carrera deportiva, resistieron en un terreno donde no existía ni un repecho, a través del polígono industrial de Almussafes (Valencia). Los escaladores llegan hoy a su territorio con diferencias que apenas llegan a los 2.30 minutos, en el caso de Heras. Sólo Cunego y Beloki, que decepcionaron en la contrarreloj, parecen apeados en la general.

Los españoles van a encontrarse este año, con toda la montaña por delante, con mayor resistencia extranjera que en las últimas ediciones de la ronda española. La última victoria foránea se remonta ya a 1999 cuando triunfó Jan Ullrich. Hamilton es un magnífico escalador que ha llegado a la Vuelta enrabietado por su abandono en el Tour. Landis es hábil en la montaña, como el australiano Cadel Evans, que ya fue maglia rosa en el Giro del 2002, y que ahora es el jefe de filas del T-Mobile, tras los problemas digestivos de Vinokurov, hundido en la general.

Valverde también resistió ayer, en el día en el que falló Menchov. Hoy se sube a la base aérea de Aitana, la primera verdadera llegada en alto, tras la fugaz cuesta que condujo a Morella el miércoles pasado.