Frente a Italia hizo una defensa ejemplar a Gallinari. Ante Serbia completó una actuación soberbia (14 puntos, 7 rebotes, 2 asistencias, 3 robos, 3 tapones y 24 de valoración). Cuando más necesitada estaba España de referentes, ha aparecido el talento y la versatilidad que en su día llevó a Víctor Claver (Valencia, 1988) a la NBA. Se ha convertido en una de las claves de la selección que hoy se jugará ante Polonia el pase a las semifinales del Mundial.

—¿El pase a cuartos es un objetivo cumplido?

—Es casi una liberación. Parece que haber hecho eso en años anteriores te ponga en la obligación de hacerlo cada año. Y no es así. Cada año es diferente y siempre hay que pelearlo. Lo bueno es que hemos aprendido mucho de nosotros estos años. Éramos conscientes de que el grupo de la primera fase era asequible, pero también que eran claves los de Italia y Serbia. Ha llegado el primer obstáculo y lo hemos superado y eso da mucha confianza.

—El triunfo frente a Serbia devuelve la mejor imagen del equipo español.

—Sabíamos que ellos llegaban en un buen momento, siendo una de las favoritas y dimos otro paso adelante y sacamos el carácter que nos ha llevado a llegar lejos otros años.

—Imagino que ayudó en su confianza el triunfo clave ante Italia.

—Teníamos claro que nos jugábamos prácticamente el pase, aunque quedaba algo de margen. Pero sí que teníamos que dar un paso adelante, que era lo que el campeonato requería.

—El conjunto ha vuelto a estar por encima de todo.

—Para mí es la clave de la selección: nunca ha dependido de un jugador en concreto. Desde el Mundial del 2006, cuando Pau se lesionó antes de la final, hasta las ventanas de clasificación, que se han afrontado con jugadores que nunca habían estado. Todo el mundo se sienta preparado, importante y al final todos sumamos. Viendo a otras selecciones fuera de las cancha, no tienen la química que tenemos.

—Con el primer objetivo cumplido, ¿dónde ponen ahora el listón?

—En pasar de cuartos, que es la piedra con la que nos hemos topado en los dos últimos Mundiales y en prepararnos para la lucha por las medallas. Esta selección tiene mucha ambición y nunca se conforma. Vamos a por todas. Hay que seguir y creer.

—Usted está en la selección desde el 2009 y estuvo en dos medallas olímpicas y los tres oros europeos. ¿Que se hable solo de la generación de Pau, Reyes y Navarro no les hace sentirse poco valorados?

—Es que ejercer de secundario en esta selección no es poca cosa. Y yo me considero muy afortunado por vivir esto desde hace tanto tiempo y siendo tan joven y haber aprendido de Pau (Gasol), Juan Carlos (Navarro), Felipe (Reyes) y Jorge (Garbajosa). Si miro mi palmarés y veo las medallas, pienso en la suerte de ser parte de este equipo.

—¿Es su mejor momento con la selección?

—Estoy contento, pero mi mejor recuerdo es el Eurobasket de Francia. Ese oro es del que estoy más orgulloso por mi aportación, porque fue en un momento clave del torneo, por la gente que faltaba. Fue después del Mundial de España, que acabamos con malas sensaciones y en Francia. Fue muy satisfactorio.

—¿Se siente importante ahora?

—La verdad es que mucho. Tanto dentro como fuera de la pista.

—En este Mundial es quien más juega tras Marc Gasol (25,3 minutos), el tercer anotador (10,2) y el tercer reboteador (5,4)...

—Estoy contento con mi rol. Me siento cómodo. Scariolo me está dando más minutos. Tenía muchas ganas de jugar este Mundial. En el último no pude estar.

—En el Barça, Pesic puso su renovación como una prioridad.

—Estoy muy a gusto en el equipo, en el club. Tanto Pesic como Nacho (Rodríguez) han hecho un equipo competitivo, en el que todos nos sentimos importantes y tenía claro que quería ser parte de ese equipo.

—Sus entrenadores lo creen imprescindible y, en cambio, sus críticos, creen que podría hacer más.

—Tengo la sensación desde que empecé que siempre se ha destacado más lo que no hago que lo que hago. Siempre me han pedido más cosas. Por un lado está bien, porque eso quiere decir que la gente que me pide más, me debe ver con buenos ojos. Pero eso también me ha perjudicado. Al final todos queremos ser el mejor jugador posible. Pero también he buscado la fórmula de ayudar a mis equipos y ser siempre útil. No siempre se puede ser el máximo anotador.